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La ilusión del “no puedo” y la realidad del «no quiero»

terapia gestaltLa libertad del hombre es limitada en muchos aspectos físicos, psicológicos, emocionales y sociales como bien lo afirma Víctor Frankl.  Aunque uno quiera, no puede cambiar sus características genéticas, ni aumentar su coeficiente intelectual más allá de cierto punto, ni tampoco tiene el poder de terminar con las crisis económicas o las guerras del mundo. Sin embargo, hay muchas otras cosas que las personas se dicen constantemente que “no pueden hacer” y eso es, en realidad, una forma de no enfrentar la realidad de las cosas, decir por ejemplo:

No puedo titularme, no puedo bajar de peso, no puedo dejar a esa persona, no puedo cambiar de trabajo, no puedo organizarme, no puedo tolerarlo.

En estos ejemplos podemos ver como el recurrente “no puedo” es una manera que utilizamos las personas para autolimitarnos a través de nuestra forma de hablar.

Lo cierto es que, en cada uno de los ejemplos mencionados, si las personas que lo dicen se lo propusieran, podrían lograr bajar de peso, separarse de una persona, cambiar de trabajo,  aprender a organizarse o tolerar algo que dicen no poder.

La mayoría de las veces aquellos “no puedo” que se utilizan de manera recurrente son un autoengaño, una manera de hablarse a sí mismos o a los otros para no asumir la responsabilidad de las propias elecciones.


Cada vez que decimos “no puedo” estamos evadiendo la responsabilidad de nuestras propias decisiones de manera velada, como si en realidad no tuviéramos el poder para hacer aquello que encadenamos bajo la frase “No puedo”.


Con sólo decir “no puedo”  la persona aleja, de manera segura, sin tener que asumir su responsabilidad,terapia gestalt  el asunto que le incomoda. Se  convence de que, en realidad, el asunto en cuestión no depende de ella ni de sus elecciones, sino de otras personas, de circunstancias externas o, incluso, de su inconsciente, al cual tampoco puede controlar.

Si la persona se protege detrás del  “yo no puedo hacerlo” , “no soy capaz”, evade la responsabilidad de aquello que, en realidad,  no se atreve a enfrentar de manera directa.

Si no tengo el control de algo, entonces, no tengo que ser responsable de ello

El “No puedo” es una frase que no ofrece alternativas.  Quien la utiliza, se autoprotege convirtiéndose en  víctima de las circunstancias, se convence a sí mismo e intenta convencer a los otros de que no tiene control de la situación y, por ende, tampoco tiene la  responsabilidad por aquello que dice no poder realizar.

Una persona que está trabajando en su computadora y oye a su pareja que le grita desde la cocina para que baje a ayudarle y él le contesta desde su lugar, sin moverse, “no puedo bajar”, si realmente quisiera, podría elegir hacerlo.

Lo cierto no es que no pueda ir sino que elige no hacerlo, tal vez porque está en medio de una idea y no quiere perder el hilo de lo que está escribiendo. Si él quisiera, podría tomar la decisión de suspender lo que está haciendo y bajar para ayudar a su pareja.


NO ES QUE “NO SE PUEDA HACER ALGO”, LA REALIDAD ES QUE DELIBERADAMENTE SE ESTÁ ELIGIENDO NO HACERLO.


Otro ejemplo es cuando una persona dice: “no puedo dejar de amar a mi pareja a pesar de que ya no soy feliz a su lado”, está negando el control de sus sentimientos y evadiendo la responsabilidad de su decisión de no terminar con una persona con quien ya no es feliz.

Si esta persona realmente quisiera, sin importar que fuera un proceso difícil y doloroso, podría decidir dejar de amar a alguien y separarse porque  ni tratándose del campo del amor perdemos la posibilidad de tener el control de nuestros sentimientos.

Amar a una persona, estar con ella, también es una decisión personal, no es cuestión de suerte o de emociones incontrolables como muchos piensan. Nadie está obligado a amar a alguien por el resto de su vida si ya no es feliz con esa persona.

Cuando alguien dice “no puedo dejar de amar a mi pareja”: “no puedo dejar ese trabajo”; “no me puedo titular”; lo que en realidad debería decir si decidiera hablar con la verdad es “NO QUIERO HACERLO”.


Muchas veces, cuando decimos “NO PUEDO hacerlo”, la realidad es que

NO QUEREMOS hacerlo.


No quiero dejar de amarla porque tengo miedo de no encontrar a otra persona y me asustaterapia gestalt quedarme solo, prefiero una relación así, aunque ya no me satisfaga”.

No quiero dejar ese trabajo porque no me quiero responsabilizar de buscar otra cosa, de enfrentar el riesgo de que no sepa hacer algo diferente, porque es más cómodo no moverme”,

 No me quiero titular porque eso significaría asumir responsabilidades que no tengo deseo asumir y perder la tranquilidad de seguir siendo eternamente un estudiante”.

Puede ser duro enfrentarse a mirar de frente la realidad, sin embargo, el ocultarla bajo la máscara del “no puedo”, no es un acto responsable.

Aceptar que no es que no pueda sino que no quiero hacerlo y recuperar el control


Sería mejor que la persona se enfrentara cara a cara con el “no quiero hacerlo”, así, por lo menos, podrá reconocer las verdaderas razones o motivos de su elección y, además de asumir la responsabilidad de que no son los otros, no es el destino, sino él mismo el que elige o decide no hacerlo, podría recuperar su propio poder al darse cuenta de que en realidad no es víctima de otros ni del destino que no le permiten alcanzar una meta, sino que es una elección personal con  razones de fondo, que hasta ahora no había podido reconocer.

terapeuta gestaltEse puede ser el primer paso para recuperar el control de la situación y empezar a trabajar en el problema real que podría ser: el miedo a estar solo en el caso de quien no quiere dejar a su pareja actual;  el temor no encontrar otro trabajo, cuando una persona se resiste a abandonar el trabajo actual; el miedo a fracasar o a madurar, de aquella persona que elige no titularse para no tener que enfrentar responsabilidades como adulto, etc.

El hacerse consciente de la realidad puede ser desagradable e incluso doloroso en una primera instancia, pero también es el primer paso para reconocer lo que hay en el fondo de aquello que nos mantiene atados, que nos frustra y nos roba la energía para hacer otras cosas.

También, el reconocer que en realidad no queremos hacerlo, puede darnos la oportunidad de encontrar nuevas alternativas para solucionar el problema que nos detiene o bien, asumir que, definitivamente,  no  queremos enfrentar aquello, dejar de pensar que no lo hacemos porque no podemos sino porque no lo deseamos por la razón que sea,  asumir las consecuencias de eso y dejar de luchar.

Decir, por ejemplo: “no me quiero titular porque deseo dedicar mi energía a otra cosa” y asumir las consecuencias de dicha decisión sin victimizarse y sin responsabilizar a nadie más que a mí mismo por la elección reconociendo que tengo el derecho de hacerlo.

No me creas, experiméntalo tú mismo


Intenta hacer tú el ejercicio. Olvida por un momento lo que acabas de leer y has una lista de todos los “no puedo” que te persiguen. Toma una hoja y escribe varias veces la frase: no puedo, después, deja que tu mente trabaje libremente y termina las frases.

Al concluir, sustituye en cada caso la frase que inicia con no puedo y vuelve a escribirla ahora con la frase inicial no quiero.

Ejemplo:

No puedo aprender inglés No quiero aprender inglés
No puedo bajar de peso No quiero bajar de peso
No puedo encontrar pareja No quiero encontrar pareja

Date cuenta de lo que sientes y de las cosas que descubres cuando haces esto, y trata de  descubrir las verdaderas razones por las cuales TU ELIGES no hacer aquello escribiéndolas al lado de cada frase.

Tal vez, con un poco de suerte, al reconocer las verdaderas razones por las que has elegido que no

terapeuta gestalt
Ya no quiero ser más una víctima

quieres algo, puedas encontrar la solución a esos problemas que te han perseguido desde hace tanto tiempo y ponerte en acción para decidir lo que realmente quieres hacer de una manera más auténtica  y  más responsable.

 Si al final decides que, de cualquier manera, no quieres hacer algo, la ventaja será de que ya no culparás a otros y te podrás responsabilizar tú mismo de esa decisión asumiendo, con valor,  las consecuencias.

Finalmente, eso ya es un cambio, reconocer las decisiones personales claramente y asumir la propia responsabilidad y las consecuencias de nuestras elecciones personales es, sin duda, un acto de madurez emocional.

6 comentarios

  1. Hola mi nombre es Abraham tengo 27 y en los últimos 12 años me la he pasado culpando a los demás por males que me atosigan, Hoy en día se había convertido en una carga emocional enorme hasta hace poco que comencé a percatarme de este detalle que me acarreaba problemas en cuestiones laborales y personales osea en todos los ámbitos de mi vida entonces fue cuando decidí hacer algo para mejor la calidad en mis relaciones y en esa búsqueda encontré este artículo por casualidad o mejor dicho por causalidad por lo cual estoy muy agradecido pues al parecer voy por buen camino pero siento que me hace falta un soporte terapéutico para lograr un buen proceso de cambio y recuperación pero me gustaría saber si es la gestalt la rama de la psicología que mas me conviene para mí tipo de personalidad o carácter. Cualquier opinión o recomendación será de útil ayuda. Gracias.

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    1. Hola, Abraham, muchas gracias por tus comentarios. Me da gusto que hayas llegado aquí por sincronía, como tú bien dices. Por lo visto, ya has iniciado tu camino de vúsqueda y ahora te gustaría contar con una persona que te apoye. Hay muchos modelos terapéuticos y cada persona debe buscar el más adecuado para ella. Yo, desde los 19 años inicié mi vúsqueda, pero fue hasta pasados los 30 que me encontré con el humanismo, a través de la terapia Gestalt, y supe, desde el primer momento, que «había llegado a casa», pues era una filosofía que ofrecía justo las cosas que yo siempre había estado buscando: conocimiento y consciencia personal, aceptación, aprecio incondicional, responsabilización, encontrar las posibilidades del momento presente, etc. Pero, el modelo no lo es todo, también cuenta mucho, para el éxito de tu proceso, la relación que logres establecer con el terapeuta y éste contigo. La calidad del contacto que se logre desarrollar entre ambos es un elemento básico para el éxito. ¿Cómo lo puedes encontrar? La única manera es a través de arriesgarte, experimentar, vivir la experiencia de la terapia, (que por cierto, también para la Gestalt es básico experimentar las cosas por uno mismo, más que la sóla teoría). Si lo deseas, yo te puedo ofrecer una sesión de prueba a la mitad de costo, vía Skype para que tengas una idea de lo que te estoy hablando. Puedes escribirme a mi correo para solicitarla si te interesa. La dirección es gestaltsi@gmail.com Saludos.

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  2. Luis cuanta verdad en tu artículo, como es tan fácil que nos salgamos por la tangente y le echemos la culpa a los demás, a mi ha servido mucho para que me haga responsable de lo mio.

    Muchas felicidades x la forma en que escribes, me atrapas en tu lectura,, me haces interesarme del tema y gozo el momento y sigo aprendiendo de ti.

    Te mando un abrazo

    Lilia

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  3. MUY BUEN ARTICULO!! ALGO CONFRONTANTE , MAS MUY BUENO EN REALIDAD… FELICIDADES POR ESE TOQUE QUE SOLO TU SABES DARLE A ESTOS TEMAS Y PUNTOS TAN INTERESANTES…QUE NECESARIAMENTE LLEVAN A LA REFLEXIÓN.

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