dolor humano

Y un día por fin comprendí

Un día comprendí que los sentimientos y las emociones no son malos ni hay que temerles, todo lo contrario, son nuestros aliados y una fuente de información que nos avisan cuando algo está mal en nosotros o en nuestras relaciones. Los prejuicios hacia los sentimientos, son invento del hombre que teme reconocerse como un ser vulnerable. Comprendí también que la vulnerabilidad no era un defecto, que no tenía que ocultarla pues es la llave para liberarse de las máscaras y de la creencia de que hay algo vergonzoso en ser yo mismo… es hermoso ser auténtico, con mis fortalezas y mis debilidades. Ser y reconocerme ante otros vulnerable, me hace hermoso.

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