El tercer demonio del desarrollo: Los asuntos inconclusos.
«Los asuntos inconclusos son básicamente producto de situaciones pasadas o conflictos intra-psíquicos no resueltos. Algunas manifestaciones de situaciones inconclusas son el resentimiento o la rabia no expresada a los padres, hermanos, pareja, y a otras personas significativas. Además, los asuntos inconclusos son consecuencia del amor no expresado, la culpabilidad no-resuelta, las acciones del pasado no-aceptadas, etc. La no resolución puede implicar otras personas o algunos aspectos de uno mismo. Cuando las personas no actúan adecuadamente para hacer un cierre, cuando no pueden olvidar las acciones que han ocurrido en el pasado, o cuando no aceptan las situaciones como son, entonces son incapaces de funcionar de forma sana y enérgica.» Celedonio Castaneda.
Mes: abril 2015
Primer demonio del desarrollo personal: Los introyectos
Los introyectos son aquellas ideas, creencias o valores que las personas se tragan sin masticar, ideas o creencias que se aprendieron a temprana edad y que provienen de una persona emocionalmente significativa para el infante: alguno de los padres, abuelos, tíos, profesores o cualquier otra persona a la que el niño consideraba una autoridad moral.
No todos los introyectos son nocivos para la persona, sin embargo, en terapia solemos desvelar los conceptos que le duelen al paciente y que ha interiorizado. Éstos son los que no están beneficiando el buen desarrollo.
Parte de la terapia Gestalt se dedica a localizar estos introyectos, de manera que el paciente pueda ver el mapa que lo ha guiado en su vida. Una vez tiene los patrones a la vista, puede observar cómo le han afectado y decidir si desea seguir aceptándolos o, por el contrario, quiere crear una nueva forma de vida.
Segundo Demonio del Desarrollo: Las experiencias obsoletas
¿Estás preparado para soltar tu pasado? Las experiencias obsoletas, son aquellas cosas que nos ocurrieron en el pasado, que nos generaron una sensación desagradable – miedo, vergüenza, frustración, impotencia, dolor -, y que seguimos arrastrando hasta el momento presente, con la creencia de que seguimos siendo incapaces, como entonces, de poder resolverlas y, por tanto, las evadimos o las negamos y continuamos apegados al dolor de lo que ocurrió allá y entonces como si siguiera ocurriendo en el momento presente.