Es extraordinario ver a jóvenes de hoy (no todos, no muchos, sólo algunos), que nacen, aprenden, o son educados, para ver al amor con el sentimiento más puro, más inclusivo, que no distingue sexo, orientación, religión, nacionalidad ni razas. El amor es lo más puro, sagrado y espiritual que hay. Somos los hombres, los que, con nuestros prejuicios, lo ensuciamos y lo queremos convertir en algo malo. Pero el amor (hetero, bisexual, homosexual, entre personas de diferente clase, religión, nacionalidad, raza), nunca podrá ser manchado y menos destruido por esas mentes cerradas, que tienen mucho miedo de, simplemente, ver la realidad, y dejar de creer en esas ideas discriminatorias que les fueron inculcadas y que no son más que las hijas de la ignorancia y la cerrazón. Todos somos libres de elegir nuestra manera de ver la realidad, atrévete a verla tal cual es, por favor, no te equivoques, no apoyes la HOMOFOBIA. La homosexualidad es una orientación, una forma de ser, no es algo que se elige, no es tampoco una preferencia.
