¿Por qué algunas relaciones son armoniosas y felices mientras otras son conflictivas e infelices? Quizá una respuesta a esto la podamos encontrar en el denominado “triángulo dramático” que es “el lugar” donde ocurren por norma, muchas de las interacciones disfuncionales de nuestras relaciones.
“Si te sucede algo con otra persona que hace que te sientas dolido, enfadado, culpable, ansioso, temeroso, resentido, exasperado, avergonzado, celoso, inerte, helado, atrapado, comprometido, confuso, desesperado o inadecuado, o con la sensación de haber sido utilizado, traicionado, controlado o incomprendido, entonces, no hay dudas, puedes estar seguro de que estás atrapado en un triángulo dramático.” (Edwars, G. 2011).
Cuando sucede algo que te hace sentir mal es porque existe en ello elementos dañinos de tu personalidad que repiten viejos patrones y creencias negativas, generalmente adquiridas la infancia. Por tanto, podemos suponer que, de toda interacción conflictiva o dolorosa, se puede obtener la posibilidad de cambio y desarrollo.
Sin embargo, mientras nos mantenemos atrapados en un triángulo dramático, nuestro desarrollo se interrumpe, ya que optamos por actitudes defensivas y, simultáneamente, las heridas del pasado se hacen más profundas.
El triángulo dramático es el elemento que contribuye a reforzar las creencias negativas del pasado; algo que limita tu vida y te mantiene atrapado.
Gil Edwards
Sin que las personas sean muy conscientes de ello, cuando actúan alguno de los roles del triángulo dramático, afectan negativamente su autoestima y, a la larga, esto se convierte en una amenaza para la salud tanto física como emocional. Puesto que el drama se termina convirtiendo en un círculo vicioso, cualquier acción de los implicados en el triángulo irá agravando la situación hasta llegar incluso, al rompimiento de las relaciones.
Elementos del triángulo dramático
Los componentes del triángulo son tres y se representan en el siguiente esquema:
Al ser tres los elementos del triángulo se puede pensar que tienen que ser tres sujetos las que conformen el triángulo, pero en realidad, para conformarlo bastan dos personas en una relación:
Esposo y esposa.
- Padre e hijo.
- Madre e hija.
- Jefe y subordinado.
- hermano y hermano.
- novio y novio.
- novia y novia.
Una persona con otro elemento, o grupo, no necesariamente otro individuo, por ejemplo:
· La persona y su enfermedad.
· La persona y la familia.
· La persona y una organización.
Un solo individuo a a través de sus diferentes subpersonalidades:
La parte egoísta y la parte generosa.
- La voz crítica y voz pasiva.
- La parte culposa y la parte acusadora. Etc.
De hecho, para que una persona se “enganche” con otros individuos es condición que exista el triángulo dramático interno que estamos mencionando. Por ello, el primer paso cuando queremos salir del triángulo es tomar consciencia de cómo uno mismo puede representar los tres roles y observar los propios pensamientos e interacciones, preferentemente sin juzgarse.
También es necesario ser sincero y desprenderse de los sentimientos de culpa, victimismo y vergüenza pues son justamente estos los que mantienen vivo al triángulo.
Los tres roles: Perseguidor, Salvador y Víctima.
Las tres situaciones que se dan en el triángulo entrañan diferentes subpersonalidades. Estas situaciones corresponden a los tres roles conocidos como: Perseguidor, Salvador y Víctima.
El Perseguidor y el Salvador tienen un carácter parental y el de Víctima es de naturaleza filial. Podemos decir que en un triángulo dramático es como si no existiesen los adultos pues no hay una relación madura, sana y adulta que emane de sentimientos de confianza, respeto mutuo, fortaleza interna, amor incondicional y honestidad. Por el contrario, todos los implicados participan en juegos aprendidos desde la infancia y lo hacen, generalmente, de manera inconsciente, pero sintiéndose inevitablemente atrapados en las dinámicas que se generan hacia el interior del triángulo.
Paradójicamente, independientemente del rol que se juegue dentro del triángulo, todos se sienten la Víctima, lo que contribuye a aumentar la tensión y el estrés y a hacer más difícil que haya en las relaciones intimidad y afecto sincero.
Lo más común dentro del Triángulo es que cada persona tenga un “rol preferido” ya sea el de Perseguidor, Salvador o Víctima y suele refugiarse en él con frecuencia. Sin embargo, una vez que la persona está enganchada en el triángulo, pasará de un rol a otro con mucha facilidad, en cuestión de segundos, por lo tanto, tiene la posibilidad de identificar los aspectos de sí mismo en todos y cada uno de los roles y no sólo en el que más comúnmente juega.
En la representación gráfica se suele colocar en la parte superior del triángulo invertido al Perseguidor (también conocido como Persecutor) y al Salvador (también conocido como Rescatador). Esto sucede porque ambos roles tienen una situación privilegiada parental por lo que suelen sentirse los dueños de la verdad, imprescindibles y los más fuertes.
La Víctima, en cambio, se encuentra en una posición inferior y más vulnerable: filial por lo tanto se siente débil e incapaz de protegerse a sí misma, se niega a ver sus recursos internos o externos para resolver por sí misma los conflictos, se siente atacada por el Persecutor y requiere del Salvador que lo defienda de éste.
Inmersos en el drama
Como ya dijimos antes, en el triángulo no existen relaciones equitativas ni adultas. Al estar inmersos en un estado de drama, genera que surja lo peor de cada integrante y pone en alto riesgo las relaciones.
Por ello, saber entender la naturaleza del Triángulo Dramático y enfrentarlo nos da la posibilidad de resolver las situaciones conflictivas y destructivas que en él se generan para poder encauzarlas de forma más sana, madura y auténtica.
En próximos artículos veremos más en detalle las características de cada uno de los tres roles que componen el Triángulo Dramático, hablaremos de cómo se dan las interacciones entre cada uno de ellos y daremos ciertas pautas para poder transformarlo en un Triángulo de Amor.
Si te interesó este artículo te invito a que leas los siguientes de la serie:
Roles del triángulo dramático: perfil del Perseguidor.
Perfil del Salvador en el triángulo dramático.
El rol de la Víctima en el triángulo dramático.
*El Triángulo Dramático fue expuesto originalmente por el Dr. en Psiquiatría Stephen Karpman, por lo que también se le conoce como triángulo de Karpman.
Fuente bibliográfica: El Triángulo Dramático de Karpman. Cómo trascender los roles de perseguidor, salvador o víctima. Gill Edwards, 2011.
PNL
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