¿Eres más sensible que el resto de la gente?

Las características de la persona con mayor o menor orientación interpersonal

Todos podemos reconoce a aquellas personas que son en extremo sensibles, que pueden sentirse lastimadas ante la más leve mirada, ante una palabra, un tono de voz que escuchan  un poco más fuerte que de costumbre o ante un “no”, por poner tan solo algunos ejemplos. En México, incluso existe una forma de llamarlas: “jarrito de Tlaquepaque”[*].

Una persona que es extremadamente sensible se pone muy ansioso o se siente lastimado ante las reacciones, las palabras o los comportamientos de los demás.  Está “calibrada” en un grado superlativo ante lo que los demás dicen o hacen y, con demasiada frecuencia, se toma las cosas de manera personal sin detenerse a comprobar que es así efectivamente, o si las acciones del otro tienen que ver con algo diferente y que no significan que esté rechazando a la persona sensible.

Como resultado de esto, los demás tienen que cuidar mucho lo que hacen ante las personas sensibles, como por ejemplo, su manera de hablar cuidando lo que dicen y el tono en que lo hacen o sus acciones,  por temor a lastimar su sensibilidad, – aunque en realidad no sea esa la intención-, y dejan de comportarse de manera auténtica para evitar la sensibilidad extrema del otro.

La intolerancia de escuchar un NO ante una demanda personal

Otro elemento que lastima a las personas hipersensibles, es el de no poder tolerar que se les diga que no ante una petición. Por lo tanto, la persona que recibe la demanda del sensible, que puede ser cualquier cosa como un favor, un abrazo, una palabra,  se siente temerosa o preocupada ante la petición, pues, si no puede complacerla, teme que el otro se sienta lastimado u ofendido por su negativa y actúe en consecuencia de esta sensación.

Pero si alguien no sabe recibir un no sin derrumbarse, nunca sabrá si la otra persona realmente lo está complaciendo porque realmente quiere hacerlo, o por miedo a lastimarla si se niega a hacer lo que le pide.

Es decir, nunca podrá estar seguro de la sinceridad de los demás al complacerlos y esto puede llegar a ser muy peligroso, pues, entre otras cosas, el que pide esperando siempre un sí, no tardará en ser calificado de infantil, caprichoso, demandante o  manipulador, cansando a los otros y corriendo el riesgo de que, muy probablemente, muchas personas se empiecen a alejar de él o de ella.

¿Pedir las cosas «por favor» obliga al otro a complacernos?

Tengo una colega que dice que, para los mexicanos, pedir algo diciendo “por favor” significa “a fuerza”, como una obligación.

Si el otro le dice “no puedo”, la persona lo mira extrañada y le dice: “pero si te lo pedí por favor”, como diciendo “tienes la obligación de complacerme”, negándole la libertad de hacer lo que auténticamente quiera a menos que quiera enfrentarse con la molestia de quien pide las cosas.

El chantaje: un buen recurso para lograr lo que se quiere

Ser demasiado sensible a la negativa de los demás a complacernos, resulta muy efectivo en ocasiones, sobre todo si la persona que recibe la demanda se siente temerosa a las reacciones de quien le está pidiendo algo o es una persona que, por estar  buscando la aceptación o el amor del otro, se siente obligada complacer todo el tiempo al otro o a los otros, aún pasando por encima de sí misma y sus necesidades.

Un ejemplo de ello es cuando un hombre le pide a la mujer que tenga relaciones como prueba de su amor y ella no se siente capaz de negarse por miedo a que él se aleje.

A los demandantes, les cuesta  reconocer y agradecer la honestidad de otros que son capaces de ser sinceros al decir “hoy no quiero darte un abrazo”; “hoy no puedo acompañarte pues me siento cansado”; “hoy no te puedo prestar dinero porque ando muy justo” y prefieren mostrarse dolidos o molestos ante la negativa, tratando de obligar a la persona a que pase por encima de ella y haga lo que queremos aunque no lo desee, sin darse cuenta que eso, a la larga, genera mucho enojo a la persona que cae en la manipulación del chantaje.

Si el otro les dice «en este momento no puedo o no quiero», no significa “nunca más lo haré”, lo único que  significa es lo que está expresando,  que en ese momento o en esa circunstancia no puede o no quiere hacerlo, por alguna razón personal, por ejemplo: porque está cansado, porque tiene algún asunto personal que resolver, etc. Y, lo más probable, es que en otra ocasión, cuando realmente quiera o pueda hacerlo, de manera auténtica,   lo hará gustoso. 

Lo importante es que la gente complazca a otros ante sus demandas cuando en realidad quiere hacerlo, no cuando lo hace por obligación o por culpa, pues eso, a la larga, genera mucho resentimiento. 

Decir «NO» sin sentirse culpable: cualidad de la asertividad

Otra manera de llamar a esta característica  de saber decir “no” es asertividad.

Tal vez por esa incapacidad de muchos a atreverse a decir no para no lastimar a otras personas, es que se ha vuelto tan popular el tema de la asertividad.

Muchos necesitamos aprender  a decir “no” sin sentir culpa o remordimiento y reconociendo  el derecho y la responsabilidad del otro a sentirse ofendido, o juzgado.

Y también necesitamos aprender a tolerar el que nos juzguen, se alejen o nos niegue el cariño por no complacer a personas que exigen que sus demandas se atiendan en el momento y en la forma en que desean, sin respetar nuestro derecho a no querer complacerla.

Debemos ser conscientes de que, si es una persona que no sabe recibir un “no” y respetar nuestro derecho a ser honestos  a elegir libremente, tal vez sea mejor que se aleje de nuestro lado, pues es alguien que no sabe reconocer ni respetar nuestra libertad de elección, ni nuestros derechos y necesidades.

El amar a otra persona, no significa que tenemos que complacerla en todo ni en cada momento.

El amar a una persona, también significa respetar su derecho a decir que no, comprender sus razones y  no sentirnos ofendidos por ello. 

Es verdad que todos podemos ser sensibles en grados variables, incluso existe una manera de llamar a esta característica que es orientación interpersonal, la cual describe nuestra conciencia en relación de los otros en un escenario social (Didato, 2003).

Test para medir la sensibilidad social

Al continuación encontrarás un test (elaborado por Universidades de los Estados Unidos con algunas modificaciones que yo le he realizado), con el que puedes identificar tu nivel de “sensibilidad social”. Una vez que lo respondas, podrás conocer los resultados en este mismo artículo

1. Prefiero discutir mis problemas personales con otros más que considerarlos por mí mismo.  Cierto  Falso
2. Nunca compraría algo que sospeche que fue robado.  Cierto  Falso
3. Me importa trabajar con personas que me caigan bien, incluso si eso implica hacer un trabajo que no me guste del todo o que implique menos responsabilidad.  Cierto       Falso.
4. Cuando me hacen favores, me siento con la obligación de devolverlo. Cierto   Falso
5. Mis amigos y yo parecemos compartir siempre los mismos gustos en cuanto a los libros o películas que nos gustan o los lugares que a los que nos gustaría viajar o conocer. Cierto    Falso
6. Me considero más comprensivo que la mayoría de las personas. Cierto   Falso
7. A menudo me pregunto qué hace una persona que observo en un transporte público para vivir. Cierto    Falso
8. Cuando estoy con alguien, por lo general, soy el primero en hablar de algo personal sobre mí sin esperar a que la otra persona tome la iniciativa. Cierto    Falso
9. Pienso que, mientras más tiempo paso con una persona, más me agrada. Cierto  Falso.
10. Si una persona me pide dinero en la calle, me siento incómodo de no hacerlo y casi siempre le doy, aunque reconozco que no siempre convencido de que deseo hacerlo. Cierto   Falso.
11. Si un amigo me pide un favor, me es difícil negarme a ayudarlo. Cierto    Falso.
12. Me preocupa lo que los demás digan o piensen si me niego a complacer algún deseo o petición, por lo que, la mayoría de las veces le digo que sí. Cierto   Falso 
13. Reconozco que en ocasiones me quedo con la sensación de estar negando o postergando una necesidad mía por cubrir la de otra persona, sobre todo si es alguien que me importa o que quiero. Cierto  Falso
14. Me interesa mucho que los demás piensen que soy una buena persona, o bien, que no soy un egoísta o un envidioso. Cierto  Falso 
15. Cuando me atrevo a decirle a alguien que me pide algo que “no puedo”, me quedo con un sentimiento de culpa y trato de compensarlo de alguna otra forma. Cierto   Falso.

Para conocer tu calificación, suma un punto por cada “cierto” que hayas contestado.

10 – 15 puntos. Tienes un alto grado de orientación interpersonal. Los comentarios y las acciones de los demás afectan tu estado de ánimo en gran medida.

5 – 9 puntos. Estás en un nivel promedio (deseable) con respecto a la sensibilidad social.

0 – 4 puntos. Tienes un valor bajo en orientación interpersonal y no tiendes a concentrarte en las indirectas de los demás. Relativamente no te afectan los otros en la búsqueda de buscar sus propios fines. Es probable que seas una persona competitiva y firme que tiene controladas sus necesidades en general y con necesidades sociales limitadas.

Sentirse responsable por la conducta de los otros

Una persona con una puntuación elevada es muy consciente de los otros y se interesa en sus conductas, reacciona a ellos y toma sus juicios de manera personal.

Se siente responsable tanto de los cumplidos como de los desaires que recibe. Se deprime cuando se siente rechazada y llega a molestarse con frecuencia. Tiene más ansiedad social que las personas promedio.

Es difícil tratar con personas que tienen demasiada orientación interpersonal. Llegan a ser tan reactivas a las palabras o comportamientos de los otros, que se vuelven muy exigentes para formar amistades.

Las personas menos sensibles por los otros

Las personas con niveles más bajos de orientación interpersonal están menos sintonizadas con el resto de la gente, les preocupan más las relaciones que les ayuden a fomentar sus metas personales y no se dejan influenciar demasiado por las acciones de los demás.

Por lo común, las personas con poca orientación interpersonal eligen profesiones y trabajos orientados a objetivos en los campos como la investigación, la ciencia, la contabilidad y la ingeniería.