Al enfrentar mis miedos, derribé mis propias barreras.
A mi adorado Axa, por su valentía para abrazar sus miedos y porque juntos somos capaces de enfrentarlo todo en la vida.
Nuestro miedo más profundo no es el de ser inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta.
Marianne Williamson
El objetivo real de nuestro miedo es desafiarnos para romper nuestras cadenas y hacernos libres para seguir nuestro camino en la vida, sin las ataduras del pasado. Pero, lo que las personas hacemos generalmente es confundir el objetivo del miedo, percibiéndolo como nuestro enemigo, sin llegar a entender qué, lo que en realidad pretende, es enseñarnos a tener más confianza en nosotros mismos y a ser más fuertes.
Menos miedo y más confianza
Si no fuera por los retos y dificultades a las que nos enfrenta el miedo con sus diversas caras, no podríamos fortalecer nuestro coraje, nuestra determinación y nuestra confianza. Gracias a él es que podemos desarrollar estas características para enfrentar los desafíos de nuestras vidas.
El gran reto es no evadirlo en los momentos de elegir y de toma de decisiones. Reconocer que el miedo está ahí para ayudarnos a ser cautelosos hasta cierto punto, para enseñarnos que nos debemos detener, en cada circunstancia de la vida, y evaluar los riesgos y las posibilidades, sin dejar de ser conscientes de que nunca podremos tener la certeza de que siempre siempre tendremos éxito para alcanzar estamos buscando ni la seguridad de que no tendremos que enfrentar sentimientos desagradables como el fracaso o la frustración.
Pero sin olvidar tampoco, que el miedo tiene la función de fortalecer nuestra confianza para que, a pesar de que no tengamos la garantía de lograr lo que queremos, ni de no sentirnos frustrados por ello, tengamos la fuerza suficiente para enfrentarlo y seguir adelante, hasta encontrar una nueva oportunidad para volverlo a intentar, pero ahora, con la confianza de que contamos con el aprendizaje que nos dejó el habernos atrevido en el pasado a intentarlo y de haber salido fortalecidos de nuestros fracasos.
El miedo como maestro
Para poder enfrentar este sentimiento, hay que comenzar por aceptarlo tal cual es. Reconocer que el miedo es nuestro eterno compañero, no sólo en la vida, sino a lo largo de toda la evolución del hombre, que el miedo es el que nos da la oportunidad de superar nuestras limitaciones, tanto las conocidas como de las que no somos conscientes y volvernos cada vez más fuertes y más capaces.
La posibilidad de reconocer y superar lo que nos limita es un regalo que nadie más nos puede ofrecer, sólo el miedo. Es un obsequio invaluable, pues sólo trascendiendo nuestros límites es que logramos nuestro crecimiento como personas.
Aunque logremos vencer el miedo en ciertas circunstancias de la vida él, siempre vuelve a aparecer. Porque esa es la naturaleza del miedo. Su mayor deseo es que crezcamos y nos desarrollemos como seres humanos, alcanzando nuevos niveles de comprensión y sabiduría.
Por eso, cuando el miedo nos abrace y nos susurre al oído certezas para convencernos de que corremos peligro si enfrentamos nuestros retos de vida, no debemos olvidar que nos miente, no por hacernos daño, sino para que nos atrevamos a enfrentar la realidad y descubramos la verdad.
Sólo entonces podremos mirarle de frente, cara a cara, abrazarlo y decirle: llévame a donde más miedo me da y, una vez ahí, cerrar los ojos y dar un paso hacia el abismo de lo desconocido, con la confianza de que lo podremos enfrentar.
Aunque nuestra mente nos engañe diciéndonos que estamos delante de un precipicio, no se trata más que de una ilusión creada por el miedo. Dar un paso hacia delante. Ese es el alimento que nutre la confianza y despierta el coraje. Dar siempre un paso hacia delante, aún sin tener ninguna certeza de lo que pueda ocurrir, aunque no tengamos garantías.
Fortalecer la confianza
Confianza es lo único que nos pide la vida antes de empezar a darnos todo. Y cuando por fin hayas logrado dar el paso y trascender tus límites logrando un nuevo nivel en tu desarrollo, no te olvides de despedirte del miedo con cariño y de darles las gracias diciéndole: Te agradezco el que me ayudaras a ser más fuerte y a tener más confianza en mí y en la vida. A partir de este momento, ya no te necesito, puedo seguir mi camino por mí mismo… hasta la próxima vez que necesite dar un nuevo salto.
…Y sigue adelante reconociendo que, cada vez, necesitaras menos del miedo pues te has atrevido a fortalecer tu confianza.
Por último, quiero compartirles este video que, a la vez, nos fue compartido por Laura, una amiga y lectura fiel de nuestro blog. Cuando lo vi, se me puso la piel de gallina y me arrancó las lágrimas al recordar que, casi todos los días de mi vida, me he tenido que enfrentar a esto, es decir, a algún miedo… ¿Y tú? ¿Te atreves a dar el paso hacia lo desconocido?
Emocionante….cuántos miedos! Cuántos pasos no dados, cuántos sí emprendidos…! Y es hermoso cuando se tiene a alguien que te sostiene la mano para apoyarte, cuando sabes que está ahí junto a ti para acompañarte…aunque te dé mucho miedo. Gracias Luis Fernando, por compartir-me (nos) tu texto, por acompañarme y estar junto a mí a la hora de los miedos, de los grandes miedos!
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