Carta de amor y de reconciliación

técnica gestalt reconciliaciónMuchas veces tenemos problemas con alguien y no nos atrevemos a hablar con ella por miedo a que las cosas empeoren en lugar de mejorar. También es posible que no estemos preparados para enfrentar una comunicación frente a frente o simplemente no nos sintamos listos.

También existe la posibilidad de que, eso que tenemos que decirle a una persona, no sea posible porque ella se ha ido de nuestra vida, tal vez desde hace tiempo, y no sabemos donde localizarla o, más complicado aún, puede ser que esa persona esté muerta y sea imposible tener una conversación con ella.

conflicto, dolor, rupturaEn cualquiera de estos casos (u otros similares), porque no nos atrevamos a enfrentar al otro por miedo a su reacción o por empeorar la situación; que la persona no quiera vernos a pesar de que se lo hemos pedido; que no sepamos donde localizarla; que se encuentre lejos e inaccesible o de que haya muerto, la necesidad de expresarle cosas como sentimientos, secretos, explicaciones en relación a algo, persiste. No sentimos que podamos estar bien a menos que le expresemos eso que nos molesta y que no nos podemos sacar ni de la cabeza ni del corazón.

En dichas circunstancias, debemos buscar la manera de expresarle lo que necesitamos al otro, a través de la comunicación escrita, a través de una carta de amor o de reconciliación. No es tan importante que la otra persona lea la carta (si existe la opción también es conveniente), como que podamos sacar los sentimientos que nos lastiman en nuestro interior.

También puede ser que esa persona no esté tan lejos de nosotros, que sea alguien que vemos todos los días, y, sin embargo, no hemos encontrado la manera de acercarnos y expresarle aquello que sentimos, que pensamos, que nos lastima, aquello que necesitamos de ella.

Este trabajo de reconciliación también puede ser visto como una ofrenda hacia nosotros mismos (escribiendo una carta a uno mismo), hacia nuestros seres amados o a nuestros ancestros.

Reconciliarnos a través de una carta con alguno de nuestros padres internos o bien con nuestros padres en la vida real. Lo más importante es recordar que nunca es demasiado tarde para resolver un asunto inconcluso con otro y para llevar paz y felicidad a nuestro corazón o al de nuestros afectos más importantes.

joven-escribiendo-carta escritorio-lamparaDónde, cuándo y cómo hacerlo.

Es importante que no hagas esta práctica de prisa. Yo le pido a mis pacientes que busquen el lugar y el momento más adecuado. Busca un espacio de tranquilidad, un lugar silencioso que te permita entrar de lleno a los sentimientos de tu interior.

Intenta que sea un lugar y un tiempo en el que no seas interrumpido, tal vez levantándote muy temprano o durante la noche, mientras los demás duermen. Lo más importante, repito, es que atiendas la necesidad de poder ir a lo más profundo de ti.

Busca un espacio de tranquilidad y un lugar de silencio que te permita entrar a lo más profundo de tu corazón y que te permita encontrar las palabras más adecuadas para expresar tu mensaje.

escribiendo_carta

Cómo empezar

Tal vez en este momento estés de acuerdo con intentar la práctica de expresarte a través de la palabra hablada pero te preguntas cómo puedes empezar. Tal vez puedas iniciar la misiva diciendo algo tan sincero como:

persona escribe carta“Quiero decirte que me es difícil empezar a comunicarme contigo”. “Me pregunto porqué nos ha costado tanto trabajo poder entendernos… pero ahora quiero intentar acercarme de nuevo…”

En su libro Felicidad el maestro Thich Nhat Hanh nos ofrece un ejemplo de una carta de un padre a su hijo que puede resultar de ayuda leer para encontrar la forma de escribir la propia. Esta es la carta que te presento de manera textual:

Querido hijo:

Sé que en los últimos años has sufrido mucho. Yo quizás no haya sabido ayudarte y quizás, en realidad, haya empeorado todavía más las cosas. Pero no es mi intención, hijo mío, hacerte sufrir.

Quizá no sea lo suficientemente diestro. Quizá trate de imponerte mis ideas y te haga sufrir con ello. Tiempo atrás, yo creía que quien me hacía sufrir eras tú, es decir, que eras tú quien provocaba mi sufrimiento.

Pero ahora me doy cuenta de que soy el responsable de mi propio sufrimiento y de que te he hecho sufrir a ti. Como padre, no quiero que sufras. Ayúdame, por favor. Dime las cosas inadecuadas que pueda haber hecho en el pasado, para que no siga haciéndote sufrir.

Porque si tú sufres yo también sufriré. Necesito tu ayuda, querido hijo. Debemos ser una pareja feliz, padre e hijo. Estoy decidido a ello. Cuéntame lo que hay en tu corazón. Prometo hacer todo lo que esté en mi mano para dejar de decir o de hacer las cosas que puedan hacerte sufrir.

Pero necesito, para ello, tu ayuda, porque, de otro modo, no podré. Esto es algo que no puedo hacer solo. Cada vez que en el pasado sufría estaba dispuesto a castigarte y decir o hacer cosas que te hicieran sufrir. Creía que de ese modo me liberaba, pero estaba equivocado. Ahora entiendo que todo lo que digo o hago que te hace sufrir, también me hace sufrir a mí. Estoy decidido a no hacerlo más. Ayúdame, por favor.

LEYENDO UNA CARTAAl terminar de escribir una carta como ésta, descubrirás, seguramente con sorpresa, que ya no eres la misma persona que al principio, cuando empezaste con ella. Te sentirás transformado por la paz, la comprensión y por la compasión que reconocerás en tu propio corazón.

Dice el maestro Tich Nath Hanh que bastarán 24 horas para que ocurra un milagro pues esta es la práctica del habla amorosa.

Por último, quiero hacerte una última sugerencia a nivel personal. Si no te atreves a enviar esta carta o hacerla llegar a la persona porque aún no estás listo, sin importar la razón de esto, puedes hacer algo más: responderla tú mismo a nombre de la otra persona. No lo hagas de manera inmediata.

leyendo cartaDeja pasar por lo menos 24 horas y, cuando te sientes, desde el momento en que ocupes tu lugar, imagina, SIENTE, que eres la otra persona que ya ha leído tu carta y empieza a escribir en su lugar, como si fueras ella, ubicándote en sus sentimientos, en su manera de pensar, sintiendo lo que ella sintió al leer tu propia carta. Toma la pluma y empieza a escribir, deja que tu mano fluya, que sea tu corazón el que le dicta las palabras.

Al terminar, lee la carta en silencio, te sorprenderás al descubrir muchas cosas que no se te hubieran ocurrido a ti en relación a los sentimientos de la otra persona y su manera de ver las cosas desde su lugar. Lo más importante, para que esta técnica funcione, es que, realmente te salgas de ti y dejes que sea “el alma” de la otra persona la que escriba a través de ti.

Un fuerte abrazo. Mucha suerte con esta experiencia.

2 comentarios

  1. La palabra escrita es tan importante o mas que la hablada, esta nos da la oportunidad de decir
    abiertamente lo que realmente pensamos, nuestras dudas, nuestro dolor y así continuar haciendo un recuento real y sincero.
    Las palabras que no son escritas se las lleva el viento y el tiempo.
    Una gran idea me das, para poder dar mi siguiente paso. UN SALUDO CARIÑOSO

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