Autocompasión Vs. Responsabilización

¿Cuántas personas hay que se pasan la vida sintiendo lástima de sí mismas?

No sería mala idea sugerirles a estas personas que se fijaran un límite para su autocompasión.

Llorar un rato por la mañana o por la noche si lo necesitan, quejarse de lo injusta que es la vida con ellos y por no darles lo que se merecen a cambio de sus sufrimientos, por lo mal que andan las cosas, por  la forma en que los tratan los demás, o por cualquier otro motivo.

Pero después de llorar y maldecir, sería conveniente que hicieran a un lado sus lágrimas y los reclamos, a la vida y a los otros, por no hacer lo que deberían hacer, y voltearan hacia otro lado, con una mirada más apreciativa, a ver todo lo que la vida  y los demás, sí les dan, por todas las oportunidades que diario se les presentan, pero que no ven, a causa de las lágrimas y sus pensamientos negativos, y se sintieran agradecidos por ello.

terapia_gestalt_autocompasión_lástima_por_uno_mismo

“La autocompasión es todo un arte de manipulación interior y exterior y es algo realmente sofisticado, sobretodo por los fines que tiene la autocompasión y por la escasa lógica de usarla para mejorar. La autocompasión tiene como fin reclamar la atención de los demás y/o maldecirnos a nosotros mismos”.

Domenec Benaiges Fusté

Existen varias situaciones que generan el desarrollo de la actitud de víctima y son estas: 

  • niño_dependiente La vulnerabilidad y dependencia de los niños.

Debido a la edad, falta de conocimientos y habilidades, necesidad de depender de los adultos, las limitaciones que dichos adultos imponen, etc., todos los niños se sienten víctimas en muchas situaciones.

 Esto le sucede a cualquier niño, independientemente de que tenga una vida estable, protegida, feliz y llena de amor. Es parte de las características de la niñez.

 Al crecer, los resultados de las diferentes experiencias que vivimos, la educación, ejemplos que recibimos, etc., hacen que se pierda o disminuyan este tipo de pensamientos y sentimientos o que aumente y se establezca una actitud de víctima.

  • Haber vivido la persona en un ambiente donde se le compadecía constantemente.

    La persona escuchaba constantemente comentarios como:

    •  «Pobrecito se siente mal».
    • «Pobre, le dejan tanta tarea».
    • «Es injusto lo que le pasa, pero no puede hacer nada».
    • «A … siempre le pasa algo malo».

 El niño escucha y aprende a pensar igual respecto a sí mismo.

  •  El ejemplo de uno o ambos padres que tenían dicha actitud.

 Los niños tienden a imitar, de manera inconsciente, las actitudes de los padres y de la gente importante en su vida.

  • Haber vivido bajo una educación religiosa donde, lo correcto, es sufrir y ser víctima. 

    En mi caso que crecí bajo una educación conservadora y la religión católica, lo que escuchaba todo el tiempo era que la felicidad no era de este reino, sino del Reino de los Cielos. Que en la tierra, lo que correspondía, era sufrir y pagar por los pecados cometidos. En la medida en que más sufriera y rechazara la felicidad y el placer, más digno era de alcanzar la salvación y el premio de irme al cielo cuando muriera. Eso dejó muy arraigado en mi interior, la creencia de que la búsqueda de la felicidad era, no sólo inadecuada, sino algo malo que traería como consecuencia mi condena y , en consecuencia, fomentó, por años, mi actitud autocompasiva o de víctima muy parecida a la de mi madre y mi abuela.

  •  Haber sido realmente víctimas, de algún tipo de abuso.

    •  Físico,
    •  sexual,
    •  psicológico,
    •  emocional.

 El impacto de estas vivencias puede ser tan intenso que repercuta a lo largo de toda su vida.

Pero aún en estos casos de violencia real, lo más conveniente es enfrentarlos y superarlos, para no quedarse atrapados y para tener una vida mejor.

 Aspectos positivos y negativos

Al crecer, las experiencias que vivimos, los ejemplos que recibimos, etc., pueden debilitar, eliminar o fortalecer nuestra actitud ante la vida. La autocompasión, como cualquier otra emoción, tiene aspectos positivos y negativos.

 Autocompasión positiva

Autocompadecerse de vez en cuando no hace daño y puede ayudar a desahogarse por alguna pena sufrida, como la ruptura de la pareja, la pérdida de trabajo, la muerte de un ser querido, etc. Siempre y cuando esta actitud no se prolongue indefinidamente, que sea muy puntual y pasajera, superándola y volviendo a recuperar una actitud más positiva o pro-activa buscando superar el dolor y solucionar, en su caso, los problemas.

 autocompasión_víctimaEl aspecto negativo de la autocompasión

Cuando la actitud de víctima no es la excepción, sino la regla, y la persona se queda fijada en la autocompasión, de manera indefinida, tal vez para obtener la lástima y la ayuda de los demás, lo más probable es que termine sintiendo autodesprecio por sí misma, medrando su autoestima y provocando la molestia o el enojo de los otros, incluso de aquellos que la quieren y que en un principio estaban dispuestos a apoyarla, pero que se cansan al ver que la persona no está dispuesta a poner de su parte para superar la situación.

Cuando la autocompasión o rol de víctima se vuelve parte de la personalidad genera, entre otros, los siguientes inconvenientes a la persona:

  • No le permite ver el problema en toda su dimensión.
  • Se enfoca sólo en una pequeña parte del asunto (la parte negativa que le afecta directamente), por lo que no alcanza a encontrar ninguna solución por ella misma o se le dificulta más.
  •  La aleja de los demás y se va sintiendo cada vez más aislada por estar centrada sólo en ella misma generando pensamientos del estilo:
    • Pobre de mí; A nadie le importo; Todos me rechazan; No soy capaz de valerme por mí mismo; Mi destino es sufrir; Yo no nací para ser feliz; no merezco que nadie me ame ni me aprecie. 
  •  Impide que la persona víctima se responsabilice  de lo que le pasa y que actúe para resolver las situaciones de crisis porque, al culpar o responsabilizar a la vida o a los demás, da por hecho con son los otros los que deben hacer algo para rescatarla.
  • Lo anterior hace que la persona  presione o manipule a otros para que solucionen sus problemas y, con ello, generan nuevos conflictos interpersonales.
  •  En conclusión, la persona autocompasiva se queda paralizada, pues cree, sinceramente, que  no puede hacer nada, que no tiene ni la capacidad ni el control necesario para manejar su propia vida.

 ¿Cómo se puede ayudar en la terapia a la persona que se autocompadece de manera crónica o constante?

  • Reflejándole – sin juicio, de manera respetuosa y comprensiva-, como, constantemente, se está lamentando en relación a muchas áreas de su vida, sin responsabilizarse y sin fortalecer su propio apoyo para poder salir adelante con sus recursos personales.
  • Ayudándole a ser consciente de lo que ella hace o deja de hacer para que sucedan las cosas que le afectan.
  • Ayudándola a ver lo que hay de positivo en ella y en las personas de quien se queja, así como las oportunidades que puede encontrar en las situaciones negativas, para verlas como oportunidades para su desarrollo.
  • Acompañarla en la búsqueda de las posibilidades para resolver sus problemas o sanar su dolor.
  • Procurar que tome consciencia de  sus pensamientos sesgados, es decir, de como sólo ve la parte negativa de las cosas en general,  o como maximiza lo malo y se niega a reconocer las cosas buenas
  • Ayudarla para que acepte las pérdidas y le de vuelta a la página, reconociendo que todos los seres humanos – y por lo tanto ella – siempre se enfrentan, alguna vez, a pérdidas, frustraciones y situaciones dolorosas, pero que también ella, como los otros, tiene la capacidad de superarlas.
  • Cambiar su lenguaje de víctima por uno más responsable y maduro. Transformar algo como:  “Nunca voy a superar esto” por “yo puedo superarlo, lo he hecho en el pasado y lo voy a volver a lograr”; “No sirvo para nada” por “yo soy una persona capaz y puedo lograr lo que realmente quiera”; «No sirvo para nada» por “Sé que tengo limitaciones como todos, pero también tengo capacidades personales que me ayudan a enfrentar los retos de la vida”.

La autocompasión deriva de un sentimiento de indefensión y bloqueo ante determinadas situaciones.

Muchas personas que son dependientes, lo que realmente pretenden al autocompadecerse, es reclamar la comprensión y apoyo de otras para que se hagan cargo de ellas.

Abraza tus sentimientos tan plenamente como puedas y luego, suéltalos

Todos los sentimientos necesitan un espacio de expresión.  Esforzarse por reprimir la ira, la desesperanza, el miedo, no sirve más que para reforzarlos.

Nuestro organismo tiene una sabiduría para identificar lo que cada emoción necesita y, si le lo permitimos sin negar, reprimir o evadir los sentimientos, una vez que la emoción ha cumplido con su función, se marcha como llegó.

Si una persona tiene miedo de tocar su sufrimiento con la fantasía de que si se abre a su dolor éste, terminará destruyéndolo, lo que hará, por lógica, será reprimirlo y generará que ese sentimiento permanezca en constante tensión y lucha por salir al exterior.

Por eso, la solución no es la evasión sino la programación. Para no estar viviendo en estado permanente de crisis, temiendo que, en cualquier momento, estalle en un arranque de llanto, por ejemplo, lo que yo sugiero a las personas que atraviesan por alguna crisis que elijan una hora y un lugar para permitir que esas emociones se manifiestan abierta y completamente.

Cuando el cerebro en particular y el organismo en general saben que que la persona ha abierto ese espacio de expresión de dichos sentimientos ya no tienen que luchar contra la persona para lograr dicha manifestación y la persona después de haberse dejando sentir en plenitud sus emociones, puede sentir como se librera de ellas y ya no tiene que cargar todo el tiempo con ellas ni luchar contra ellas pues ya han satisfecho su necesidad de expresión.

terapia gestalt sí
No evadas, no te cierres, no niegues tu sentir

La otra estrategia es una técnica expresiva que consiste en exagerar la conducta dramática o de autocompasión. Le pido a la persona que exagere los gestos, el llanto, el reclamo, que utilice una voz más infantil o chillona, gritándole a la persona o a la situación, lo injusta que es causándole tanto sufrimiento.

O bien, diciéndose a sí misma que es la persona más desdichada del mundo, que no hay nadie más que sufra lo que ella sufre, que no cuenta absolutamente con nadie y que ella no es capaz de valerse por sí misma.

Paso seguido, le pido a la persona que cambie de lugar y mire hacia el lugar donde ha hecho todo ese drama y que se observe desde afuera. Lo que generalmente ocurre, es que la persona se empieza a reír a darse cuenta de su propio drama y de lo absurdo de actuar o pensar de esa manera.

Esto permite que se haga consciente de su actitud y decida cambiarla, pues reconoce, finalmente, que, así como se puede ver ahora es como todas las demás personas la ven, no como alguien indefensa, sino como alguien que está dramatizando para causar lástima a los demás, no como una adulta, sino como un niño o una niña.

técnicas expresivas gestaltLas técnicas gestálticas expresivas y de exageración le ayudan a la persona a observarse con atención, a reconocerse  y a responsabilizarse de su conducta autocompasiva e infantil y la motivan a transformarla por una conducta más madura, fuerte y responsable.

Desarrolla un plan de vida

Cuando tenemos metas claras, podemos motivarnos con mayor facilidad y reconocer los pasos necesarios para lograrlas.

Esto le da un sentido y un significado a nuestra vida, nos proporciona la sensación de control y aumenta nuestra autoestima.

Enfócate en los aspectos positivos de tu vida. Todos los tenemos, simplemente no estamos acostumbrados a verlos o a reconocerlos.

¿Qué cosas encontraría esta persona si decidiera secarse los ojos y mirar con una mirada más transparente?

Vería, realmente, a las personas que ama y que la aman; al mundo y sus maravillas; escucharía los sonidos de la naturaleza, la música y las palabras de cariño y de aliento de los otros; apreciaría a su propio ser y agradecería por todo lo que sí tiene, sin seguir sufriendo y lamentándose por lo que no tiene.

Respiraría profundo, se estiraría y sentiría su cuerpo; meditaría o, simplemente, se sentaría a contemplar la vida en calma.

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 Viktor Frankl afirma que pueden arrebatarnos todas las libertades externas e imponernos toda clase de castigos y sometimientos, pero la libertad interna de elegir libremente la actitud que se quiere adoptar en cada circunstancia, ésa nadie nos la puede arrebatar.

El jugar el papel de víctima es un patrón que se adquiere en algún momento de la vida y que se perpetúa y se va endureciendo con el tiempo.

La única persona que puede romper dicho patrón y cambiarlo por uno más maduro, activo y responsable, es la propia persona.

La vida nos dio la existencia, lo único que nos puede dar y no nos debe nada. 

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Sólo cuando una persona es capaz de reconocer que la vida no le debe nada, sino, todo lo contrario, espera mucho de ella, es cuando empieza a madurar y a responsabilizarse de sí misma.

Una persona madura no se queja por lo mal que la vida o los demás lo tratan, asume su responsabilidad y el compromiso de enfrentar las cosas por sí misma, de reconocer sus capacidades así como las posibilidades que le ofrece el ambiente.

No es que se convierta en un individualista o en un “autosuficiente” que “no necesita de nadie”. Al contrario, la persona madura y responsable sabe que necesita de los demás así como ella también puede ofrecer su apoyo a otros dependiendo de lo que se requiera.

La persona madura responsable no tiene la mirada fija en su sufrimiento interno ni en la envidia, el desprecio o el juicio hacia los demás, sino, por el contrario, tiene una mirada flexible que fluye libremente de su interior al exterior.

La Vida, nuestra mejor maestra

terapia_gestalt_síMuchas veces, es la propia vida a partir de experiencias traumáticas, quien nos ayuda a encontrar el sentido de nuestra vida y nos empuja de nuestro rincón donde nos encerramos a lamernos las heridas, obligándonos a regresar a la vida real y tomar las riendas de nuestro propio destino.

Mientras más pronto aprendamos a escuchar la voz de la vida, más pronto empezaremos a tener una verdadera existencia, una existencia, que valga la pena vivir.

6 comentarios

  1. No sé muy bien cuantas estrellas le he puesto al artículo 😦 , mi intención era ponerle todas. Simplemente, me ha parecido estupendo. Ayuda mucho a lxs que, a veces, nos sentimos un poco perdidxs.
    Muchas gracias por publicarlo.
    Isabel

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  2. Todo lo dejas expresado estupendamente. Asì es, la vida nos da de todo, es la ùnica manera de aprender y madurar para poder ser plenamente ¡¡¡ FELICES !!! , Yo la amo y soy feliz.
    Te felicito por todos tus articulos son por demas interesante… Un abrazo… YO NEOS

    Me gusta

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