Cada vez es más evidente que no es la realidad la que nos transforma, si no con qué lentes vemos el mundo, eso es lo que finalmente transforma nuestra realidad. Si cambiamos el lente, no sólo cambia el grado de felicidad, si no también los resultados en cualquier campo: educativo, familiar, de pareja, de un grupo o los de una empresa.
Recientemente vi un video en el que se habla de la VERDADERA fórmula de la felicidad. El expositor Shawn Achor, comenta que la mayor parte del tiempo se asume a través del mundo exterior es posible predecir la felicidad de una persona.
Es decir, dependiendo de su preparación, sus relaciones, su trabajo, estatus o nivel académico es que se puede predecir si una persona llegará a ser feliz o no, pero la realidad es que, conociendo la realidad exterior de alguien, tan sólo podemos predecir el 10% de su felicidad a largo plazo.
- El otro 90% proviene no del exterior, si no de la manera en que procesamos lo externo. Por tanto, si cambiamos la fórmula de la felicidad y del éxito, cambia la manera en que nos afecta la realidad.
- Sólo el 25% del éxito es predecible por el coeficiente intelectual.
- 75% del éxito se puede predecir por los niveles de optimismo, por el apoyo social y por percibir la presión como reto en vez de amenaza.
Para llegar a la felicidad tenemos que invertir la fórmula del éxito
La mayoría de las personas siguen esta fórmula:
«Trabajando más duro, tendré más éxito. Si tengo más éxito, seré más feliz».
Así solemos actuar como padres o administradores. Así motivamos el comportamiento. Pero científicamente está mal y es regresivo, por dos sencillas razones:
Primero:
Cada vez que alcanzamos una meta, cambia, la fórmula del éxito, ya no es suficiente con lo que has alcanzado tienes que ir por un nuevo reto.
Ejemplo: sacaste buenas notas, ahora debes obtener mejores notas. Ingresaste a una buena escuela, luego hay que ir a una mejor. Conseguiste un buen empleo, hay que obtener un mejor puesto y otro y otro, para luego conseguir un mejor trabajo; alcanzaste tu meta de ventas, vamos a cambiarla. Lo que estamos haciendo con esto es empujar la felicidad más allá del horizonte cognitivo.
Segundo:
Pensamos que hay que primero hay que tener éxito y luego ser felices. Pero el cerebro trabaja en sentido opuesto:
Si hoy elevas el nivel de positivismo en tu vida, entonces sentirás lo que llamamos una ventaja de felicidad, es decir, que tu cerebro en positivo funciona mucho mejor que cuando está en negativo, neutro o estresado. Se eleva la inteligencia, la creatividad, los niveles de energía.
Está más que comprobado que, cuando buscamos ser felices antes de obtener los resultados o las metas anheladas, mejoran todos los resultados, en relación a cuando queremos primero esforzarnos y luego ser felices.
El cerebro programado en positivo es 31% más productivo que si está programado en negativo, neutro o bajo presión. Algunos ejemplos de lo que pasa cuando logras ser, durante el proceso, positivo, si estás relajado y te sientes feliz con lo que haces:
- Se mejora en un 37% en ventas.
- Los doctores son un 19% más rápidos, más precisos y más correctos en sus diagnósticos si están positivos, que si están negativos, neutros o presionados.
Lo cual indica que se puede invertir la fórmula del éxito y la felicidad
Si encontramos una manera de volvernos más positivos en el presente lograremos aún mayores éxitos al poder trabajar más duro, más rápido y con más inteligencia.
necesitamos aprender a invertir la fórmula para ver lo capaz que es el cerebro.
La dopamina, que irriga el sistema cuando somos positivos, tiene dos funciones:
-
Te hace sentir más feliz.
-
Activa los seis centros de aprendizaje permitiéndote adaptarte al mundo de manera diferente.
Existen maneras comprobadas de entrenar al cerebro para que se vuelva más positivo y podamos ser felices todo el tiempo, no sólo cuando alcanzamos las metas o los objetivos, sino durante todo el proceso.
Sólo hacen falta cinco minutos, durante 21 días para que podemos readaptar al cerebro, permitiendo así que funcione con más optimismo y obtenga mayor éxito en nuestras metas.
Las actividades que te voy a sugerir son muy sencillas y sólo tienes que realizarlas de manera comprometida y disciplinada para lograr que construyas el hábito de hacer feliz a tu cerebro todo el tiempo y no sólo cuando logras alcanzar tus metas.
El secreto está en:
Escribir tres motivos de agradecimiento al día.
Durante 21 días continuos debes escribir en una libreta tres cosas que agradeces de cada día y deben ser nuevas cada vez.No se vale repetir las mismas del día anterior. Debes esforzarte por encontrar siempre cosas diferentes qué agradecer.
Al final el cerebro empieza a retener un patrón de buscar en el mundo no lo negativo, si no, primero, lo positivo.
Anotar una experiencia positiva del día anterior.
Al escribir una cosa buena que te pasó el día anterior le das fuerza al cerebro a través de darle importancia al comportamiento
Meditar todos los días.
Meditar todos los días ayuda a superar el TDAH que hemos creado, al tratar de hacer muchas cosas a la vez y ayuda a concentrarse en una sola tarea, pero con atención plena.
Agradecer cada día a una persona diferente.
Los actos aleatorios de bondad son actos conscientes. Lo que tienes que hacer al abrir tu buzón de correo o alguna de tus redes sociales (Facebook, twiter, etc) es escribe un mensaje positivo elogiándolo o agradeciendo alguien en la red social.
Al hacer estas actividades, estás enterando a tu cerebro, igual que si estuvieses entrenando el cuerpo, notarás en pocas semanas, que se puede invertir la fórmula de la felicidad y el éxito, Y al hacerlo, no sólo se crean olas de positivismo, sino que se genera una verdadera revolución en tu vida, pues ya no tendrás que esforzarte y desgastarte por días, semanas, meses o años para alcanzar un poco de felicidad, sino que serás siempre feliz, durante todos tus procesos, con lo cual lograrás que tu cerebro esté “en forma” para ayudarte alcanzar de manera más eficiente, todas tus metas.
Por paradójico que parezca, mientras más feliz te sientas y más positivo te mantengas realizando tus actividades cotidianas y mientras menos estresado, ansioso o agotado estés, será más fácil que consigas todo lo que siempre has soñado y de manera potencializada.
Cambia la fórmula de la felicidad de:
Hoy es mi segundo dìa con esta practica y me siento genial !
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¡Muchas felicidades!
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Asi es, Rosy. El enojo es el sentimiento que nos ayuda a darnos cuenta de cuando nuestros límites están siendo rebasados.
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Hoy entendí, que para estar mejor, tengo que poner límites, y a veces hasta enojarme.
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