Los introyectos o creencias que pueden arruinar tu vida

Un niño acepta las ideas y las creencias de esta forma porque vienen de las personas que ama y en quien confía incondicionalmente como si se tratara de verdades sagradas. Pero esto muchas veces no es así, al contrario, esas ideas puede que no le sean siempre útiles o que contribuyan a hacerlo feliz aunque la intención de los adultos que se las inculcaron haya sido buena.

Peor aún, con demasiada frecuencia esas creencias son la causa y razón de su infelicidad y ni siquiera se le ocurre confrontarlas aunque la persona tenga ya 50 años o más, sigue aceptándolas como cuando era niño eludiendo su responsabilidad de adulto y transmitiéndolas a sus propios hijos y estos a los suyos, hasta el infinito.

Seguir leyendo

Tu voto:

padre_psicoanálisis

Carta de Freud a la madre de un homosexual

Deduzco, por su carta, que su hijo es homosexual. Lo que más me impresiona es el hecho de que usted haya omitido este término cuando me ha hablado de él. ¿Puedo preguntarle por qué lo evita? La homosexualidad, desde luego, no es necesariamente una ventaja, pero tampoco es nada de lo que haya que avergonzarse. No es un vicio, ni un signo de degeneración, y no puede clasificarse como una enfermedad. Más bien la considero una variación de la función sexual, originada en una detención del desarrollo sexual. (fragmento de una carta escrita por Freud a la madre de un homosexual).

Seguir leyendo

Tu voto: