Machismo: el rostro social del narcisismo

El machismo, rostro social del narcisismo, es una lógica patriarcal que exige supremacía y validación masculina. El patriarcado, según Kate Millett, fomenta el narcisismo masculino como eje central de la identidad, exigiendo supremacía y validación masculina, mientras la mujer queda subordinada, nutriendo el ego del varón y perpetuando la desigualdad social e institucional.

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El riesgo de dejarte dominar por tus impulsos y emociones

En algunos casos, la falta de control de los impulsos puede ser el resultado de un trastorno mental o adictivo, en cuyo caso el tratamiento de la condición subyacente puede ayudar a mejorar el autocontrol. En otros casos, la falta de control de los impulsos puede ser el resultado de factores ambientales o de aprendizaje, en cuyo caso la terapia puede ayudar a las personas a desarrollar estrategias para mejorar su autocontrol.

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El gaslighting: una forma de violencia psicológica

El gaslighting es una forma de violencia psicológica que consiste en hacer que la víctima llegue a dudar sobre su propia capacidad para percibir la realidad. El agresor lo consigue mediante una serie de técnicas de manipulación y control, con el objetivo de anular la confianza de la víctima en sí misma y en sus propias creencias. El gaslighting es un proceso gradual que puede ser difícil de detectar. Si crees que tú o alguien que conoces está sufriendo gaslighting es importante buscar ayuda lo antes posible.

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Sexualidad humana y emociones

En el campo de la sexualidad se plasman todas las incongruencias personales y culturales acumuladas a lo largo de la vida. Podemos pasar de la represión sexual más extrema a la exaltación de nuestra sexualidad distorsionando en el trayecto la naturaleza y el fin de ésta. Además de su obvia función reproductora la sexualidad humana es la forma más natural de la expresión de la emocionalidad donde se unen lo corporal y lo emocional. La sexualidad nos ofrece la posibilidad de expresar toda la gama de emociones que podemos sentir los seres humanos, desde la ira hasta la tristeza, el miedo, la vergüenza, la alegría, el amor y éxtasis. Para llegar a esta última emoción, el éxtasis, debe existir un clima de aceptación y afecto, así como una buena comunicación en la relación.

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El triángulo dramático: Perseguidor, Salvador y Víctima

“Si te sucede algo con otra persona que hace que te sientas dolido, enfadado, culpable, ansioso, temeroso, resentido, exasperado, avergonzado, celoso, inerte, helado, atrapado, comprometido, confuso, desesperado o inadecuado, o con la sensación de haber sido utilizado, traicionado, controlado o incomprendido, entonces, no hay dudas, puedes estar seguro de que estás atrapado en un triángulo dramático.” (Edwars, G. 2011).

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El demonio de la dependencia emocional: cuando el amor se vuelve peligroso

La dependencia emocional es algo que convierte el amor en un infierno, en un verdadero suplicio, convierte algo que tendría que ser hermoso y satisfactorio, una fuente de crecimiento mutuo y de aprendizaje profundo en algo muy dañino que, la mayoría de las veces, anula el amor propio y la calidad de vida del dependiente, consumiéndolo poco a poco hasta hacerlo perder toda esperanza y toda ilusión de vida.

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Segundo Demonio del Desarrollo: Las experiencias obsoletas

¿Estás preparado para soltar tu pasado? Las experiencias obsoletas, son aquellas cosas que nos ocurrieron en el pasado, que nos generaron una sensación desagradable – miedo, vergüenza, frustración, impotencia, dolor -, y que seguimos arrastrando hasta el momento presente, con la creencia de que seguimos siendo incapaces, como entonces, de poder resolverlas y, por tanto, las evadimos o las negamos y continuamos apegados al dolor de lo que ocurrió allá y entonces como si siguiera ocurriendo en el momento presente.

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La preocupación sana y malsana

“Muchas veces la preocupación es una forma de ocuparse de alguien que no puede valerse por sí mismo. En este sentido, los padres se ocupan de sus hijos mientras estos los necesitan. También las personas enfermas o con una incapacidad son objeto de una atención semejante.
Esa preocupación única proviene del amor y es profundamente humana. El que se ocupa de otro se experimenta así mismo como humanamente unido y dedicado al otro, parte del tiempo en que éste necesita ayuda y atención.
Pero también hay una preocupación soberbia, sobretodo cuando uno se preocupa por alguien que es capaz de cuidar de sí mismo y que puede y debe determinar autónomamente lo que quiere y cómo desea actuar, sean cuales fueran las consecuencias que de ello se deriven para ellos o para los demás.” Bert Hellinger

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