En nuestra cultura hay valores que se promueven y se persiguen hasta el cansancio como la belleza o el talento, pero estos valores, en realidad, no producen tanta dicha como se creería. Sin embargo, hay otro tipo de valores que sí nos pueden ayudar a encontrar una verdadera felicidad ¿Cuáles son esos valores?
Los valores que producen felicidad
Los valores que, si los descubrimos y fortalecemos, pueden llegar a producirnos una verdadera felicidad son:
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La honestidad.
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El coraje para enfrentar los retos y desafíos.
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Perseverancia y la disciplina para conseguir lo que queremos.
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Confianza personal.
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Confianza en los demás.
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Generosidad.
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Humildad.
Lo cierto es que no se nace con estas cualidades, deben ser desarrolladas. Para ganarte el respeto personal y el de otros, es necesario que desarrolles tu propia honestidad, la determinación, la perseverancia, el amor, la generosidad, el coraje, la determinación y el valor. Pero, ¿qué tan fácil es que una persona acepte algo así?
En cierta ocasión me escribió una lectora del blog y me dijo que estaba sufriendo mucho por la terminación de su relación y su petición era que le ayudara a no tener que enfrentar un duelo y que no tuviera que pasar mucho tiempo para superarlo, quería superarlo ya. Además, ¡ella quería que yo se lo resolviera todo a través de un correo electrónico!
Lo anterior es un ejemplo de cómo hay personas que no están dispuestas a esforzarse ni lo más mínimo para ser felices. Muchas personas creen que se merecen la felicidad sólo por que sí, y que no necesitan hacer nada para construirla. Además, se sienten tan especiales y diferentes al resto de los seres humanos, que piensan que en sus vidas sólo tiene que existir dicha y felicidad pero que no merecen sufrir ni tienen por qué soportar el dolor. Yo me pregunto ¿qué es lo que hace a estas personas creer que son diferentes al resto de los seres humanos?
Si queremos ser realistas y evitarnos frustraciones porque la vida no sea color de rosa, debemos aceptar que el dolor es parte de la vida y que, si en verdad deseamos ser felices, tenemos que ser fuertes, constantes, disciplinados, tener el coraje de enfrentarnos con el dolor y la frustración y salir fortalecidos de ello, entre muchas otras cosas.
Si eres realista y aceptas que el dolor es parte de la vida, si reconoces la necesidad de esforzarte para alcanzar tu felicidad, te sentirás mejor contigo mismo, y podrás lograr con más facilidad aquello que te propongas.
¿Por qué a mí?
Esta es una pregunta clásica de las personalidades “víctimas” al igual que otras como: ¿por qué yo no puedo ser feliz?; ¿Por qué la vida es tan injusta conmigo?; ¿por qué no puedo lograr lo que yo deseo?; Si soy bueno ¿por qué me pasan cosas malas?; ¡Yo no me lo merezco!; Las cosas malas sólo deberían pasarle a la gente mala.
La realidad es que, a la gente madura y feliz, no le preocupa si la vida es injusta o no, simplemente lo aceptan y se alimentan de ella. Lo que deberíamos aceptar como un hecho es que la vida no es justa, es como es y punto. Lo mejor que podríamos hacer los seres humanos es aceptarla así, como es, imperfecta como nosotros, después de todo, somos un reflejo de ella.
Las personas resentidas, enojadas, frustradas y que no quieren crecer ni tomar la responsabilidad de su propia vida, se preguntan todo el tiempo cosas como: ¿por qué no tengo el puesto que me merezco?; ¿por qué no gano lo suficiente?; ¿por qué no encuentro al amor de mi vida?; ¿Por qué mi marido es tan insensible o mi mujer tan egoísta?; ¿por qué no logro sentirme bien conmigo mismo ni con los demás?; ¿Por qué la vida es tan miserable…?
A más “¿Por qué’s?» Más infelicidad, más frustración, más resentimiento y amargura.
Lo cierto es que existen personas que, con muchos menos recursos que otros, salen adelante sin estarse preguntando por qué son pobres; por qué padecen enfermedades; por qué pierden a sus seres queridos; Por qué se tienen que enfrentar en soledad a la vida o por qué les faltan dos brazos o dos piernas como el famoso Nick que vemos en la foto, capaz de solucionar todos sus problemas por sí mismo sin culpar a nadie de su situación. Un ejemplo admirable de fortaleza y de resiliencia.
Las personas eficientes y felices se preguntan: ¿Qué puedo hacer con los recursos que sí tengo?
Efectivamente, la gente que quiere realmente salir adelante y ser feliz, se pregunta algo como eso o algo similar: ¿Cómo puedo sacar ventaja de este fracaso, de esta pérdida, de esta desilusión? ¿Qué lección me deja este tropiezo en mi vida?. No se preguntan ¿por qué me pasó esto? Se preguntan en cambio ¿para qué me está sucediendo esto? ¿Qué es lo que puedo aprender? Me dirás que esto no es nada fácil… y tienes razón, no es nada sencillo, pero si tienes el coraje de intentarlo, tu vida puede cambiar radicalmente y puedes convertirte, como Nick, en un ejemplo para los demás.
Cuando dejamos de lamentarnos y cuestionar a la vida de “por qué es tan mala con nosotros”, podemos enfrentar mucho mejor las situaciones; podemos aprender a ayudar a otros que viven eventos similares; podemos reconocer recursos que de otra manera no habríamos sido capaces de ver así como nuevas posibilidades.
Algo que tenemos que tener muy en cuenta es que:
La creatividad nace de los problemas, no de las situaciones fáciles.
Si no hay conflicto que resolver, la creatividad no tiene razón de ser. No es la vida fácil la que nos hace felices, todo lo contrario, es nuestra capacidad para superar los problemas económicos, de salud, emocionales, de relación, las pérdidas y los fracasos los que nos generan la satisfacción de comprobar que somos capaces de superar cualquier obstáculo, de crecer, de ser mejores, de ayudar a los demás. Cuando comprobamos estas capacidades, es cuando realmente nos sentimos fuertes, capaces, seguros y felices.
Las personas felices tienen problemas, como todo el mundo, pero no están centrados en el problema, están enfocados en la solución con una actitud realista y madura. No pierden el tiempo en lamentaciones ni les agrada el papel de víctimas.
La gente feliz está dispuesta – y les gusta – a correr riesgos. Aceptan que no hay ninguna garantía de éxito y, sin embargo, no dudan en intentar cualquier cosa que los pueda llevar al éxito y a la realización de sus sueños personales.
A la gente feliz no les genera ningún conflicto el saber que los logros y los éxitos traen consigo fracasos, frustraciones, pérdidas y dolor. Saben, por lo mismo, que es mejor ser pacientes y que, en muchas ocasiones, tendrán que renunciar a las cosas que comprueban que no son posibles o que generan más costo que beneficio.
Sin embargo, al ser realistas, son capaces de cambiar de rumbo, de modificar sus objetivos sin sentirse frustrados.
La gente feliz sabe ser paciente, corre riesgos y acepta que no existe ninguna garantía de éxito y, sin embargo, intenta con todas sus fuerzas alcanzar sus metas.
Las personas felices se paran sobre la realidad. Saben el gasto de energía que implica pararse sobre sueños imposibles que no les conducen a nada más que a sentirse frustrados e infelices. ¿Para qué hacer algo así? Son lo suficientemente inteligentes para estar bien parados, con los pies bien puestos sobre la tierra. Así, si tropieza, evalúa los resultados; corrige el rumbo y no se detiene… sigue adelante.
Capacidad para sobreponerse
Una persona feliz sabe que es importante fortalecer su capacidad para sobreponerse a diversas situaciones de la vida, y tiene la habilidad para:
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Aceptar los contratiempos y a los obstáculos.
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Centrarse en las soluciones y no en los problemas.
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Pensar positivamente.
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Enfrentar los problemas y no evadirlos.
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Adquirir, en cada prueba, una mayor fe y una mayor confianza.
Sí, como dije al principio, ser feliz no es algo que se nace sabiendo serlo, es algo que se debe construir a base de mucho coraje, de trabajo y de esfuerzo, de confianza, de constancia y persistencia, de un deseo y de una fe a prueba de todo, pero cuando lo logras, te das cuenta de que ha valido la pena y que si tuvieras que volverte a enfrentar a las situaciones que has vivido, sin dudarlo un segundo, lo volverías a hacer.
Me gusta mucho los pensamientos positivos que son las bases de esta Terapia de Gestalt y vi que tienen un espacio en Face que se llama soy Gestalt y reciben mensajes a su correo me gustaría ser parte de este gpo
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Hola, Ana. Me agrada que te guste la gestalt. Efectivamente tengo un muro en Facebook pero se llama Gestalt Sin Fronteras. Aquí mismo esta en enlace, lo puedes buscar y pedir amistad, con gusto te aceptaré para estar más en contacto.
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Algo muy cierto, ser feliz solo depende de nosotros mismos, Gracias por el dato.
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Hoy me queda claro, que tuve un momento en el que inicie la búsqueda de ser una mujer sana emocionalmente, todos tenemos diferente camino a ese momento, lo que trato ahora es educar a los míos en sentimientos, enseñándoles a identificarlos y trabajarlos. La felicidad se construye como dices….Un abrazo Luis Fer!!!!
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