Fábula de la liebre y la tortuga

Dejar de competir contra un rival y competir contra una situación

La verdadera historia de la liebre y la tortuga nos enseña que es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las habilidades de cada uno, no seremos completamente efectivos. Siempre existirán situaciones para las cuales no estamos preparados y que otras personas pueden enfrentar mejor.
Cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, complementamos capacidades, compensamos defectos, potenciamos nuestros recursos y obtenemos mejores resultados.

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Suelta la actitud de víctima y supera el temor

Aprende a enfrentar tu miedo: primero identifícalo y después acéptalo, sin juicio. Cuando puedas hacer esto pregúntate ¿qué hay detrás de mi miedo? ¿qué está en la raíz de mi miedo? La mayoría de los miedos son a lo desconocido, a aquello que nos genera incertidumbre porque no podemos saber lo que vamos a enfrentar. A pesar de que la incertidumbre es algo natural para todos, no debes permitir que eso te paralice.

Usa tu imaginación y luego enfréntalos para que, poco a poco, puedas entender lo que hay detrás de tus miedos: Miedo a la crítica o al rechazo; miedo al no reconocimiento; miedo a que te dejen de querer; miedo a no tener los recursos para enfrentar un reto, etc. Si puedes enfrentar el miedo real de una situación, será más fácil que encuentres las estrategias para enfrentarlo y superarlo.

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¿Es inevitable el dolor y las dificultades de la vida?

¿Por qué a mí? ¿Por qué me tiene que pasar esto? ¿Cómo me pudo suceder algo así? ¡Yo no me lo merecía! Si soy bueno y no le hago daño a nadie, ¿por qué se me castiga de este modo? ¿Hasta cuando lo voy a tener que seguir tolerando? ¡Yo ya no aguanto más! ¡No es justo! ¡Qué injusta es la vida!

Todo el tiempo escucho estas frases no sólo en consulta, si no en la vida cotidiana. A las personas no nos gusta sufrir y, muchas de ellas piensan que, siendo buenas, obedeciendo las normas, portándose bien y no haciéndo mal a nadie, podrán evitar que la vida les mande dificultades o sufrimientos, pero sucede que no es así, tarde o temprano a todos les llega el dolor y esas personas se lamentan de estar viviendo algo que sencillamente, no merecían que les pasara. Tenemos que partir entonces de una premisa: el dolor y las adversidades son parte de la vida y, como tal, son inevitables y, tarde o temprano, todos los seres vivos del planeta debemos enfrentarnos a ello.

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Cómo salir del closet y reconocer la homosexualidad

Para salir del closet no sólo se necesita valor, se necesita coraje. El valor nos ayuda a enfrentar el miedo de decirle a los demás quien eres en realidad, pero el coraje, te hace actuar desde el corazón (coraje y corazón vienen de la misma raíz “co” y coraje significa: impetuosa decisión y esfuerzo del ánimo, valor). Actuamos desde el corazón para defender lo que somos, para sentirnos dignos y merecedores de respeto. Salir del closet se da en dos sentidos: por un lado, implica hacer una salida personal y existencial que implica reconocerse a uno mismo con su propia identidad afectivo-sexual y la segunda salida que implica salir al mundo y mostrarse de manera auténtica ante la familia, la escuela, el trabajo, la iglesia, los amigos, la sociedad en general.

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Simbolismo de «la llave» en la película «Tan fuerte, tan cerca» y en la Psicoterapia Gestalt

La pregunta que me planteo después de ver esta cinta es, ¿qué es necesario hacer después de una pérdida tan trágica como la muerte del padre en un atentado? ¿Cómo se puede sanar y recuperar la paz después de eso, si es que es posible?
Muchas veces me he planteado como terapeuta respecto a la necesidad de aprender a “soltar” cuando perdemos a alguien o algo muy amado. Sin embargo, ahora no estoy tan seguro de si se trate de soltar y aprender a reconocer la pérdida o si más bien se trate de un proceso de transformación de un vínculo de un apego, que en realidad, no se pierde nunca.

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