El buen maestro – terapeuta

El buen maestro-terapeuta nunca deja de enseñar, nunca deja de aprender y capacitarse. El buen maestro nunca da por sentado que todo lo sabe o que todo lo entiende; nunca deja de maravillarse. Nunca pierde su inocencia y su capacidad de ser curioso, de dudar de todo, de cuestionar y de indagar acerca de si mismo, de los otros, de la vida. El buen maestro está consciente que todo está en movimiento constante y que todo se transforma permanentemente. El buen maestro no se limita a transmitirle conocimientos a sus alumnos, los enseña a razonar, a ser críticos, responsables, comprometidos y conscientes de la realidad.

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Cómo enfrentar el miedo de defraudar a otros

Si queremos librarnos del dolor en el contacto, debemos ir con la mente y el corazón desnudos al encuentro con el otro, sin expectativas de cumplir lo que imaginamos que el otro está esperando de nosotros. Ir hacia el contacto con el otro, sin esperar que ocurra nada en específico o premeditado y, a la vez, abierto a que ocurra cualquier cosa que surja DE MANERA NATURAL Y ESPONTÁNEA del contacto entre los dos.
Ir con la confianza de que, lo que ocurra, será enriquecedor y nutritivo para ambos, que será, en definitiva, lo mejor que se pueda dar a través de nuestro encuentro libre de ataduras preconcebidas.

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