El secreto para tener relaciones de éxito

Todos vivimos en relación, por lo tanto, todos vivimos una eterna tensión entre contrarios. Esto no porque seamos enemigos, simplemente es un hecho natural que se genera porque cada persona del mundo es diferente a las demás y todos tenemos formas de mirar distintas, necesidades, deseos, gustos, objetivos, propósitos, valores, retos, creencias e historias de vida diferentes. La única forma de distender el conflicto o al tensión que se da entre todos nosotros, cualquiera que sea el rol que jugamos, es el amor.
En este artículo te presentamos las cinco características propuestas por John C. Maxwell para lograr relaciones de verdadero éxito.

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Claves para la felicidad: observar el pasado, resolver el presente, soltar el futuro

La felicidad es algo que se construye día a día y que requiere mucha disciplina. No es algo que aparezca de forma mágica ni de manera definitiva. Todo el tiempo tenemos que trabajar en ella si la queremos disfrutar.
¿Por qué hay unas personas con mayor capacidad para ser felices que otras? Se pregunta el autor del libro “La Felicidad Ahora”, Andrew Matthews. ¿Es acaso que la gente feliz es más inteligente que la infeliz? O por el contrario, son tan tontos que no alcanzan a darse cuenta de lo terrible que es la vida y por eso están tan contentos.

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Diferencias y semejanzas: la noche y el día

Este video me gusta por varias razones. De una manera muy sencilla y simpática, nos muestra como, por el simple hecho de ser diferentes – en este caso representado por el día y la noche – se puede generar, en las relaciones interpersonales, el conflicto.
El conflicto surge precisamente ante la diferencia. Cuando lo semejante se encuentra, sencillamente, el conflicto, no se da. Pero, en la realidad, es prácticamente imposible estar demasiado tiempo en calma, sin que se haga presente, pues la diferencia siempre está ahí.

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El buen maestro – terapeuta

El buen maestro-terapeuta nunca deja de enseñar, nunca deja de aprender y capacitarse. El buen maestro nunca da por sentado que todo lo sabe o que todo lo entiende; nunca deja de maravillarse. Nunca pierde su inocencia y su capacidad de ser curioso, de dudar de todo, de cuestionar y de indagar acerca de si mismo, de los otros, de la vida. El buen maestro está consciente que todo está en movimiento constante y que todo se transforma permanentemente. El buen maestro no se limita a transmitirle conocimientos a sus alumnos, los enseña a razonar, a ser críticos, responsables, comprometidos y conscientes de la realidad.

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Las causas de una mala comunicación en la pareja

Existen muchas razones por las cuales se puede llegar a establecer una comunicación ineficiente, entre las personas en general, y la pareja en particular. Tal vez, la principal de estas razones, es que nunca se aprendió a establecer una comunicación efectiva.
Pero el mayor problema reside en que ninguno de los dos termina por decidirse a dar el paso para comunicarle al otro lo que está ocurriendo, ni de buscar la forma que les permita comunicarse de una manera más clara y directa. La consecuencia de esto es que seguirán comunicándose indefinidamente de forma inadecuada, lo que cada vez los irá alejando más y más, sin siquiera ser conscientes de ello.

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El problema número uno de la pareja es la comunicación

¿Qué tan feliz eres en tu relación de pareja o qué tan feliz te gustaría ser? Eso depende de qué tan efectivo sea tu estilo de comunicación con ella. Está comprobado que uno de los principales factores de éxito o fracaso en una relación, depende de su estilo para comunicarse, incluso por encima de los problemas generados por la infidelidad y la incompatibilidad sexual.
De hecho, de las diez principales causas de conflicto en una pareja, la número uno, es la imposibilidad de comunicarse de manera adecuada.

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Cómo enfrentar el miedo de defraudar a otros

Si queremos librarnos del dolor en el contacto, debemos ir con la mente y el corazón desnudos al encuentro con el otro, sin expectativas de cumplir lo que imaginamos que el otro está esperando de nosotros. Ir hacia el contacto con el otro, sin esperar que ocurra nada en específico o premeditado y, a la vez, abierto a que ocurra cualquier cosa que surja DE MANERA NATURAL Y ESPONTÁNEA del contacto entre los dos.
Ir con la confianza de que, lo que ocurra, será enriquecedor y nutritivo para ambos, que será, en definitiva, lo mejor que se pueda dar a través de nuestro encuentro libre de ataduras preconcebidas.

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