El verdadero éxito, vivir a partir de tus valores

Nuestra cultura materialista e individualista nos plantea que, en la medida en que consigamos nuestros objetivos propuestos seremos considerados como personas de éxito, seres triunfadores, realizados, pero en cuanto no lo logremos, corremos el riesgo de ser vistos como unos perdedores. Este concepto popular del éxito es lo que genera el típico problema de la baja autoestima. ¿Se puede lograr un éxito diferente sin correr el riesgo de perder la autoestima? La respuesta es afirmativa, siempre y cuando nos enfoquemos más en el proceso y en los valores que en el resultado.

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Los hijos: una oportunidad para crecer como personas

Educar es una de las labores más importantes que puede realizar un ser humano ya que, a través de ella, los niños van descubriendo quiénes son y quiénes pueden llegar a ser. Desde edades muy tempranas comienza a perfilarse la conexión – o desconexión – con la vida, el manejo de las situaciones difíciles, el tipo de relaciones que se establecen con los demás, la conciencia de los propios recursos, los sentimientos hacia uno mismo y cómo se sitúa uno ante el mundo.

Educar no es transmitir información o conocimientos. La vida es mucho más que eso. Educar es acompañar en el camino del autodescubrimiento, apoyar en los momentos de dificultad, y ofrecer las herramientas, estrategias y posibilidades para que los niños puedan adentrarse en la aventura de la vida confiados y encontrando su propio sentido.

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Las siete características de la motivación auténtica

En este artículo revisamos las siete características de la verdadera motivación, aquella que nos ayuda a alcanzar nuestros verdaderos sueños, no los de otros, sino los propios. Estas características son, en resumen: Entusiasmo y deseo; valor para triunfar; autodirección; disciplina y organización; compromiso con la excelencia; equilibrio entre atención y relajación y capacidad para sortear la adversidad. Para saber si estamos actuando desde una verdadera motivación interior debemos preguntarnos, por ejemplo, si siento un impulso real, interno, que me mueva hacia aquello que que considero mi objetivo y que representa mi verdadero propósito en la vida.

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