He conocido personas que les asusta la idea de ir a terapia pues tienen miedo de «conocerse realmente» , pues creen, que lo que van a encontrar no les gustará o no lo podrán soportar, como si existiera algo terrorífico en sí mismos.
La verdad, es que es un miedo infundado, pues, nunca habrá nada tan terrible, como para no poder aceptarlo.
Lo más probable es que, aquel que tiene el coraje de arriesgarse a realizar un viaje hacia su interior, descubrirá a su auténtico ser, lo que le permitirá sentirse más fuerte, más libre, más seguro, y con una existencia más ligera. En este artículo mostramos también, un ejemplo de todo lo que un paciente ha logrado durante su proceso de salir de una relación de pareja dañina a partir de reconocerse como una persona digna, merecedora de respeto y de ser también más consciente de sus necesidades más auténticas.
