No te rindas, aún es tiempo

No te rindas: Mario Benedetti

No te rindas, aún estás a tiempo 

de  alcanzar y comenzar de nuevo,

aceptar tus sombras,

enterrar tus miedos,

liberar el lastre,

retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,

continuar el viaje,

perseguir tus sueños,

destrabar el tiempo,

correr los escombros, 

y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

aunque el frío queme,

aunque el miedo muerda,

aunque el sol se esconda, 

y se calle el viento.

Aún hay fuego en tu alma,

aún  hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,

porque lo has querido y porque te quiero,

Porque  existe el vino y el amor, es cierto.

Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,

quitar los cerrojos,

abandonar las murallas que te protegieron,

vivir la vida y aceptar el reto,

recuperar la risa,

ensayar un canto,

bajar la guardia y extender las manos.

Desplegar las alas

e intentar de nuevo.

Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,

aunque el frío queme,

aunque el miedo muerda,

aunque el sol se ponga y se calle el viento.

Aún hay fuego en tu alma,

aún hay vida en tus sueños.

Porque cada día es un comienzo nuevo,

porque esta es la hora y el mejor momento.

Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Mario Benedetti

No te rindas

2 comentarios

    1. Aura María: Me da mucho gusto que esto te haya servido de aliento en estos momentos difíciles para ti. Siempre es importante que alguien, con la sabiduría y la experiencia como este gran hombre que fue Nietzche, nos ilumine con todo el conocimiento que adquirió a través de una vida de reflexión. Con esto, confirmo una vez más que, encontrando un sentido a las experiencias difíciles de la vida, podemos agradecer, no el dolor que nos generan, sino la experiencia y el crecimiento que, a partir de ellas, podemos adquirir.
      La vida no es miel sobre hojuelas, no es color de rosa como muchos nos quisieron vender. La vida, simplemente ES, con sus experiencias dolorosas y felices… gracias a las primeras, podemos apreciar las segundas, si no fuera por ellas, ¿cómo podríamos agradecer y bendecir las segundas? simplemente, no podríamos reconocerlas, pues no habría nada con qué contrastarlas.
      Yo creo que, en la medida en que maduramos, podemos aceptar más la vida tal cual es sin frustrarnos por vivir cosas dolorosas o desagradables.
      Un afectuoso saludo.

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