Mi mayor deseo para el próximo año, en el que los Mayas pronosticaron el fin del mundo, es que sea el fin del mundo de los prejuicios. Quiero que terminen de una buena vez y para siempre los prejuicios respecto a:
Que los hombres son mejores que las mujeres.
Que las mujeres nacieron para atender a los hombres.
Que los hombres son fuertes y las mujeres débiles.
Que los hombres son insensibles y las mujeres un manojo de nervios.
Que los homosexuales son pervertidos y promiscuos.
Que la homosexualidad, aunque la ONG diga lo contrario, es una enfermedad y una perversidad.