Las personas generalmente nos rechazamos a nosotras mismas al no sentirnos suficientes, ante el fracaso o la sensación de que no estamos a la altura de los demás. La vergüenza puede ser mayor si otros se burlan o hacen comentarios que nos descalifican. Ante esta situación, nos ocultamos tras falsas apariencias y no permitimos que nos conozcan en realidad, pero esto, a la larga, tiene consecuencias muy negativas para nuestra autoestima pues merma nuestra seguridad personal y nos vuelve cada vez más inseguros y vulnerables.