
Cada mañana siembro mi día,
En la tierra de la Esperanza.
La riego, con el fluir de mis anhelos,
con palabras, pensamientos y con sueños.
La semilla de mi día,
recibe el calor de los afectos,
del contacto con la gente y
de mis sentimientos.
La semilla de mi día,
se nutre con la risa y con el llanto,
con certezas y con miedos,
con tristezas y alegrías,
con dolor y con placer.
Al llegar la tarde,

veo que la semilla que he sembrado,
no ha dejado de crecer.
Y yo sé, que al llegar la noche,
como por arte de magia,
La veré florecer.
No hay duda, no hay temor,
cada mañana,
cuando siembro la semilla de mi día,
en medio de un campo cubierto
de incertidumbres,
me siento seguro, pues sé…
que existe la confianza,
que existe la esperanza,
y elijo tener fe.
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L.F.M.G.
Mayo 9 2001
Luis Fer, que bonita reflexion sobre la confianza y la fe… es lo ùltimo que debe
de perder el ser humano… TE QUIERO…YO NEOS.
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Y yo a ti, te quiero, te admiro y te agradezco tu confianza en mi,s pues fortalece mi propia confianza. Con todo mi cariño. Fer
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