El embaucador agresivo: la cara opuesta de la asertividad

A diferencia de la agresión física, la agresividad psicológica no siempre es fácil de identificar, sobre todo cuando se esconde detrás de una máscara de cortesía, llegando a parecer socialmente aceptable.
Gestalt Sin FronterasHay que ser muy observador para poder reconocer la intención del agresivo detrás de frases aparentemente amables y agradecidas como: “Qué buen amigo eres al prestarme tu carro siempre que lo necesito, lamento que a veces tú tengas que andar a pie”. “Eres una santa al encargarte de todo sin exigir nada a cambio”. “Me siento tan feliz con alguien como tú, capaz de sacrificarse tanto por amor.” Estas son las frases de un agresivo embaucador y no demuestran amor, ni consideración, ni equidad, todo lo contrario, lo que muestran es como la persona embaucadora es lo suficientemente inteligente para pasar por encima de los demás y todavía pretender que le den las gracias al aparentar ser muy agradecido.

Seguir leyendo

Tu voto:

pareja_gay_sana_estable_equitativa

Claves para el éxito en la relación de pareja

Para amar de verdad, de manera sana, adulta, es importante que antes hayamos sanado, reparado o cubierto – por lo menos en gran medida – nuestras heridas y carencias personales, para no demandarle a otra persona que nos resuelva lo que nos toca resolver a nosotros. Si somos capaces de eso, entonces podremos aspirar a tener un verdadero compañero de vida, construir una pareja no entre dos seres incompletos, dos ‘medias naranjas’, sino una pareja entre dos personas completas, capaces de acompañarse y apoyarse de manera amorosa e incondicional, sin pretender, ninguna de ellas, que sea el otro el que haga el trabajo sucio de resolver lo que nos toca resolver individualmente, es decir, dos personas con amor propio.

Seguir leyendo

Tu voto:

El buen maestro – terapeuta

El buen maestro-terapeuta nunca deja de enseñar, nunca deja de aprender y capacitarse. El buen maestro nunca da por sentado que todo lo sabe o que todo lo entiende; nunca deja de maravillarse. Nunca pierde su inocencia y su capacidad de ser curioso, de dudar de todo, de cuestionar y de indagar acerca de si mismo, de los otros, de la vida. El buen maestro está consciente que todo está en movimiento constante y que todo se transforma permanentemente. El buen maestro no se limita a transmitirle conocimientos a sus alumnos, los enseña a razonar, a ser críticos, responsables, comprometidos y conscientes de la realidad.

Seguir leyendo

Tu voto: