la soledad en muchos casos es un estado necesario para poder establecer un nuevo orden, para elaborar duelos, y para poder mirar dentro de nosotros y reconocernos como lo que realmente somos: seres humanos que necesitamos de conexión y sentido de pertenencia. Las personas con recursos pueden superar más fácilmente ese estado de abandono o duelo y no sentir miedo de estar solos ni viven como vergüenza el tener que recurrir a un terapeuta u otra persona para explorar lo que están viviendo y tocar sus sentimientos dolorosos o desagradables.
