(…)Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud,
o caminar junto a reyes, y no distanciarte de los demás.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el inexorable minuto,
Con sesenta segundos de lucha bravía…
Tuya es la tierra y todo lo que ella,
y lo que es más: serás un hombre, hijo mío”.
Rudyard Kipling