Dejar de sentirte ofendido por otros

Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la sociedad y televisión nos enseñan. Y crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y de cómo deben actuar los demás.

Una novela que no tiene nada que ver con la realidad. También, las personas son criaturas de inventario. A lo largo de su vida, coleccionan experiencias: padres, amigos, parejas, etc. y las almacenan en su inventario interior. Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros que las positivas.

Cuando una persona es maltratada por alguien, deja esa experiencia en su “inventario”. Cuando conoce a alguien, tiene miedo. Y trata de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que la hirió. Saca una experiencia de su inventario negativo. Se pone los lentes de esa experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida, con esos lentes. ¿Resultado? Se duplican los mismos problemas y las mismas experiencias negativas.

Seguir leyendo

Tu voto:

Las mentiras y el autoengaño: el cáncer para una relación

Engañar a otros o a nosotros mismos respecto a los que queremos en una relación de pareja es la mejor manera de no conseguir lo que estamos buscando o de creer que lo hemos conseguido de una forma que, más tarde o más temprano, generará conflictos, desilusiones y resentimientos.
El autoengaño se genera cuando la persona no quiere reconocer cosas evidentes por temor a desilusionarse, frustrarse o sufrir, pero, a la larga, el engañarse a uno mismo es la peor trampa para la felicidad e, irremediablemente, producirá un sufrimiento más grande que el de haber tolerado el dolor generado por hablar – y hablarse – con la verdad.

Seguir leyendo

Tu voto:

Carta al niño que pervive en mí

Querido Luis Fernando (niño):
Hoy que es día del niño (en México) y que estoy celebrando la Semana de la Conmemoración de la Vida y la Salud, quiero aprovechar para expresarte todo mi cariño y agradecimiento. Hoy, que estoy cada vez más cerca de cumplir mis 50 primeros años, y que puedo ver en perspectiva mi vida, me doy cuenta de lo valiente que has sido desde que estabas en la primaria, incluso desde antes de que entraras a la escuela, y tuviste que enfrentarte a tantas situaciones difíciles y dolorosas en casa y en la escuela. En casa, no te sentías entendido, tenías mucho miedo por la forma en que los adultos te trataban – a través de una educación autoritaria, juzgándote y reprimiéndote constantemente -, y tú procurabas ser muy obediente para evitar los castigos, pues no tenías más alternativa, al ser sólo un niño pequeño rodeado de adultos llenos de miedo.

Seguir leyendo

Tu voto: