Mafalda es una niña de papel que este jueves ha cumplido 50 años. «Todos creemos en el país, lo que no se sabe es si a esta altura el país cree en nosotros». El dibujante «Quino» extrajo hace medio siglo de su cabeza, cuando era veintiañero, a la meditabunda niña que, asombrada, contemplaba el planeta desde la esquina de la calle de Chile con Defensa, en una ciudad de Buenos Aires donde corrían los aires fríos que vinieron después de la II Guerra Mundial. Argentina no sufrió las grietas de las explosiones, pero sí el miedo al final de la historia.
Y Mafalda se dedicó entonces a contemplar el mundo no fuera a ser que ya no hubiera mundo que contemplar. «¿Por dónde hay que empujar este país para llevarlo adelante?»,