Sexualidad humana y emociones

En el campo de la sexualidad se plasman todas las incongruencias personales y culturales acumuladas a lo largo de la vida. Podemos pasar de la represión sexual más extrema a la exaltación de nuestra sexualidad distorsionando en el trayecto la naturaleza y el fin de ésta. Además de su obvia función reproductora la sexualidad humana es la forma más natural de la expresión de la emocionalidad donde se unen lo corporal y lo emocional. La sexualidad nos ofrece la posibilidad de expresar toda la gama de emociones que podemos sentir los seres humanos, desde la ira hasta la tristeza, el miedo, la vergüenza, la alegría, el amor y éxtasis. Para llegar a esta última emoción, el éxtasis, debe existir un clima de aceptación y afecto, así como una buena comunicación en la relación.

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Diez cosas que no conoces del amor

el amor es la emoción suprema porque depende de la conexión, y también de la conexión física. Se convierte, en la “reina de las emociones”, porque nos ayuda a organizar otras emociones positivas. La autora Bárbara Fredrickson, mientras escribía su libro Love 2.0 pudo identificar diez aspectos en relación al amor (como ella lo observa) a diferencia del concepto del amor como tradicionalmente lo entendemos.
La conclusión a la que ella llegó después de escribir este libro, es que la visión actual del amor necesita un cambio radical.

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Los hábitos de las parejas felices

Ser feliz con tu pareja no implica un esfuerzo enorme. Cuando quieres a alguien, las cosas se dan de manera natural. Lo importante es reconocer que una pareja necesita más que sólo amor para subsistir, requiere de atención, consideración, generosidad, reconocimiento, paciencia, aceptación. También es importante reconocer que tu pareja NO ES IGUAL A TI, y que, por lo tanto, no tiene necesariamente las mismas necesidades que tú ni tampoco la misma manera de satisfacerlas. Es necesario aprender a reconocer lo que el otro necesita y tratar, en a medida de lo posible, ayudarle a cubrir estas necesidades.

No veas el reto de hacer feliz a tu pareja como un deber, es mejor verlo como un deseo o una elección. Cuando le des algo a tu pareja, no lo hagas desde la obligación pues eso te generará enojo, molestia o resentimiento. Es mejor considerarlo un OBSEQUIO que le das al otro, a ese que amas, desde el cariño, el interés, el deseo de que esté bien y de que sea feliz… en pocas palabras, desde el amor.

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Abrirse al amor y confiar

Esta semana, durante la sesión, un paciente me dijo, en tono de confesión, que estaba listo para el amor, después de lo que hemos trabajado durante varias sesiones. Emocionado expresó que ahora sabía bien que lo que más deseaba era un compañero de vida para ser feliz, pero que ahora, lo que lo confundía era que no sabía lo que tenía que hacer.
Yo le dije que tal vez, lo que tenía que hacer, era no hacer nada… El me miró con decepción y me respondió que eso era algo que no podía hacer, pues no sabía quedarse sin hacer nada, y menos ahora que sabía lo que quería. Por esa razón, él estaba convencido de que necesitaba hacer algo.

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La química del amor

Helen Fisher es investigadora y autora de varios libros como ¿Por qué amamos? que describe cada aspecto de la experiencia de enamorarse desde un punto de vista científico. Ella ha descubierto, por ejemplo, que de cada cuatro personas que se suicidan cuando una relación se acaba son hombres. Los hombres son tan apasionados como puedan serlo las mujeres y, en efecto, se enamoran más deprisa por una cuestión evolutia.

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El cerebro enamorado

Todas las relaciones cambian el cerebro. Pero más importantes son los lazos íntimos que nos protegen o nos fallan, alterando los delicados circuitos que le dan forma a las memorias, las emociones y al objeto último, el sí mismo.

Sólo considere cuánto aprendizaje ocurre cuando usted escoge una pareja. Con una dependencia emocionante, viene observar el mundo a través de los ojos de otra persona; abandonar algunos hábitos y adoptar otros (buenos o malos); probar nuevas ideas, rituales, comidas o paisajes; un montón de agregados a la familia y amigos; un tapiz de intimidad física y afecto; y muchos otros catalizadores, incluyendo un tornado expansivo de hormonas de atracción y apego…todo eso renueva el cerebro.

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