El miedo a mostrar tu verdadero ser

No se puede negar que ser vulnerable, mostrarse auténticamente, aceptar ante uno mismo y los otros los errores, las fallas, los límites personales, es algo que provoca sensaciones dolorosas y un sentimiento desagradable de vergüenza.
Pero si se trabaja arduamente en ser menos jueces con la propia persona, es decir, en la aceptación y en la autenticidad, se puede llegar a construir una autoestima más firme, real, segura, respetuosa que ofrece a su vez, la posibilidad de construir con otros relaciones igualmente auténticas, íntimas, de aceptación y respeto mutuo.
Relaciones dignas al sentirse, ambas partes, merecedoras de respeto y amor, sin sentirse con la obligación por demás absurda, de cumplir con todas las expectativas externas, ni con exigencias irreales o desmesuradas del ambiente como podría ser la de nunca equivocarse, no fallar ni fracasar o alcanzar siempre lo que nos proponemos.
Cuando una persona se niega a correr el riesgo de mostrarse de manera auténtica, en la medida en que más lo hace, se siente más agotada por tener que ocultarse casi todo el tiempo, y se va generando en su interior una desagradable sensación de insatisfacción, vacío, frustración y soledad, asimismo, sus relaciones son cada vez menos satisfactorias y vulnerables, pues están basadas en la apariencia y no en la honestidad.
Si nos negamos a tocar nuestra vergüenza, nuestra vulnerabilidad y nuestro miedo, y tratamos de ocultarlos con la esperanza de no ser rechazados por los otros, también estamos negándonos la posibilidad de tocar la dicha, la emoción, el amor y la felicidad. No se puede ser parciales en esto y liberarnos solo de las sensaciones desagradables, la realidad es que, o nos cerramos a todo por miedo, o nos aceptamos a nosotros mismos como somos y como lo que somos: «seres humanos imperfectos» abiertos a los demás (con los riesgos que esto implica) y aceptando la vida misma.
¿Y tú, estás dispuest@ a correr el riesgo de mostrarte de manera auténtica, o seguirás encerrado en tu caja de seguridad?