En una etapa muy temprana de la vida, el amor deja de ser parte de uno mismo para convertirse en algo que debe ser encontrado en cosas o personas externas que creemos de nuestra propiedad. El amor se transforma en un sentimiento causante de sufrimiento y la persona olvida que alguna vez fue ella misma el amor y por lo tanto, alguna vez fue, también, capaz de amar incondicionalmente, sin expectativas y sin apegos.
Al dejar de ser el amor algo que uno mismo es, obliga a la persona a buscarlo en otra parte por medio del reconocimiento y aceptación a partir de diferentes elementos como: la apariencia, el estatus, la personalidad, los logros, las capacidades, las virtudes, la perfección. En otras palabras, la persona siente la necesidad de cumplir las expectativas de los demás, para sentirse aceptado y reconocido y, por lo tanto, merecedor de amor.