Ciencia y espiritualidad parecen dos polos opuestos, sin embargo, los neurocientíficos están registrando los beneficios neurobiológicos que produce la meditación, como por ejemplo el aumento de la concentración y la mejora de la atención. Se ha comprobado que meditar con regularidad modifica la actividad neuronal , cambia los canales de la percepción y de la atención, favorece el control emocional y fortalece zonas cerebrales relacionadas con la empatía y la compasión.
