Si nosotros dejamos crecer los pensamientos racionales, los que intentan ver la realidad basándose en los hechos y en las experiencias directas que vivimos, estaremos generando rosales que harán más bella y armónica nuestra vida. Pero como en el caso e los baobabs, si dejamos que la semilla de las distorsiones cognitivas crezcan hasta convertirse en árboles gigantescos y destructivos, estaremos en grave peligro.