Aquellos individuos que recibieron todo en su infancia, sin tener que esforzarse o esforzándose muy poco, se convierten, de adultos en las víctimas eternas que sólo saben quejarse y reclaman constantemente cuando no reciben todo lo que quieren sin hacer nada para ello más que manipular.
Esas personas fueron condicionadas por sus padres a que todo lo merecían con tan sólo extender su mano. Y como aprendieron eso en su familia, creen que todos los demás tienen la misma obligación de cuidarlos y cubrir todas sus necesidades.
Son individuos que, muchas veces, se sienten incapaces de esforzarse, de realizar un trabajo digno, o de tratar para lograr hasta las cosas más sencillas, tratan de obtener todo sin esfuerzo, pues, en el fondo, tienen miedo de no ser capaces de lograr obtener algo a partir de sí mismos y esto, en el fondo, les genera una sensación de inferioridad ante los demás.
