Cuáles son las características de una persona emocionalmente sana: alguien que se responsabiliza de sus pensamientos, sentimientos, actitudes y conductas; que enfrenta la realidad; que se compromete; que no tiene miedo de la intimidad; que vive en el aquí y el ahora; disfruta de su sexualidad; vive a través de sus deberías internos y no externos.