Las personas que aprenden a ser pacientes disfrutaran con más frecuencia de los frutos que su actitud ofrece en las diferentes áreas de la vida: las relaciones humanas y de pareja, en los estudios o en el trabajo, en los deportes, en la superación de las dificultades; en los logros de las metas financieras, en síntesis, en toda situación en la que es indispensable esperar, sin dejar de trabajar, para lograr lo que se anhela.
De igual manera las personas pacientes logran desarrollar la sensibilidad para afrontar las dificultades y adversidades conservando la calma y el equilibrio interior y están más preparadas para comprender la naturaleza compleja de las circunstancias, sin que esto las desmotive o las desaliente, generando paz y armonía tanto en su interior como a su alrededor, conspirando con ello, al logro de su éxito.
