De: Thich Nhat Hanh
Al despertar esta mañana, veo el cielo azul.
Uno mis manos en agradecimiento
por las muchas maravillas de la vida;
por tener veinticuatro horas totalmente nuevas ante mí.
Amanece el sol.
El bosque se vuelve mi atención plena
bañada por el sol.
Camino en un campo entre girasoles.
Decenas de miles de flores miran hacia el Este resplandeciente.
Mi atención plena es como el sol.
Mis manos siembran semillas para la próxima cosecha.
Mi oído lo llena el rumor de la marea montante.
En un cielo espléndido, surgen alegremente
nubes por todas partes.
Puedo ver el estanque de lotos fragantes de mi tierra natal.
Puedo ver los cocodrilos a lo largo de los ríos.
Puedo ver los campos de arroz que se extienden y extienden,
riendo bajo el sol y la lluvia.
La Madre Tierra nos da coriandro, albahaca, apio y menta.
Mañana las colinas y montañas del país
estarán verdes de nuevo.
Mañana los brotes de vida se abrirán prestos.
La poesía popular será tan dulce como las canciones infantiles.
Tomado del blog de
Ana Mercedes Martínez Torregrosa
Fotos: Luis Fernando Martínez (excepto campo de arroz tomada de internet)