El perfeccionismo y otras creencias generadoras de ansiedad

Algunas creencias y suposiciones son las causantes de que las personas que padecen ansiedad, padezcan altos niveles de preocupación. El origen de estas creencias son nuestras propias experiencias de vida y no un defecto de la personalidad.

terapia_gestalt_suposiciones_generan_ansiedadLas creencias perturbadoras no significan que que la persona tenga un defecto de personalidad, son el resultado de sus experiencias de vida desde la infancia.

La causa de que alguien pierda la tranquilidad y se llena de ansiedad son las suposiciones que se hace con relación a algo o a alguien, por lo que es importante aprender a poner a prueba esas creencias para transformarlas por otras que le ayuden a la persona a sentirse más segura y tranquila, relajada y sin ansiedad.

Experiencias que generan ansiedad

Hay personas que pueden vivir cualquier tipo de experiencias -o muchas de ellas- sin sentirse especialmente ansiosas, en cambio, existen otras, que pueden ser víctimas de la ansiedad a partir de algunas o varias experiencias como:

Estar en medio de la multitud, estar detenidas en un congestionamiento automovilístico, no recibir la llamada importante que esperan, que les nieguen un trabajo o un préstamo, recibir la noticia del médico de que tienen algún padecimiento, discutir con la pareja o un miembro de la familia, enojarse con los hijos o con los padres, comprar algo, preguntar  cuando tienen una duda, reclamar por un mal servicio o por un producto, descubrir que tienen una mancha en la ropa o que se abrocharon mal la camisa o bien, otro tipo de situaciones como subirse a un avión, manejar en carretera, temer por su salud o hablar en público.

¿Y tú? ¿tienes identificadas las situaciones que te generan ansiedad y el grado de intranquilidad que te produce cada una de ellas?

Las creencias perturbadoras

Una creencia es algo que pensamos que es correcto y no tenemos ninguna duda sobre su validez.terapia_gestalt_encontrar_la_felicidad_personal No se cuestionan porque damos por hecho que son verdades absolutas como el hecho de saber que, aunque el sol se meta cada tarde, volverá a salir al día siguiente.

Hay otro tipo de creencias no tan determinantes, como el que, si una persona sonríe es porque es amigable, si otra llora, es porque está triste o que, si alguien tiene el ceño fruncido es porque está molesto.

Las creencias son mapas que nos ayudan a desenvolvernos en la vida, pero ¿qué tan ciertas son esas creencias?

La verdad, es que una persona que sonríe, no necesariamente lo hace porque esté feliz, o alguien que llora, lo puede hacer porque está emocionado o asustado y alguien que frunce el entrecejo puede ser porque le molesta la luz y no puede ver bien.

Tómate un momento para reflexionar:

suponer_lo_peor¿Cuántas veces no das por sentado tu creencia original y te niegas o se te dificulta pensar en otras posibilidades de que eso que das por hecho signifique otra cosa a lo que te estás imaginando?

¿Reconoces los problemas o malos entendidos que esto te puede ocasionar si no te detienes a indagar si tu creencia es correcta o es algo diferente a lo que piensas?

¿Cuánta ansiedad te puede generar el hecho de ver a alguien con el entrecejo fruncido y dar por hecho que su seriedad se debe a que está molesto contigo por alguna razón que desconoces?

Tal vez valdría la pena preguntarte si su expresión  no tiene que ver contigo sino con alguna otra causa que tú desconoces antes de tomarlo como algo personal. Te llevarías una gran sorpresa de comprobar con cuanta frecuencia suceden este tipo de equívocos, por seguros que estemos de «nuestra verdad».

Las creencias no son necesariamente malas

El que nos hagamos ideas de las cosas a partir de nuestras creencias no es algo malo en sícreencias_adecuadas mismo. El hacer ciertas suposiciones os puede ahorrar mucho esfuerzo. Si no tengo que preocuparme por saber que voy a recibir un sueldo cada determinado tiempo en la empresa donde trabajo, puedo sentirme tranquilo y confiado en que tendré con qué cubrir mis gastos.

El saber que si me enfermo de algo, puedo llamar a un médico con la creencia de que él sabrá diagnosticar qué tengo y lo que necesito tomar para sentirme mejor, también me puede aportar tranquilidad.

Si alguien se compromete con otro es porque tiene la creencia de que esa otra persona la ama, quiere lo mejor para ella y está dispuesto a hacer cosas para que ambos sean felices. Si no existiera esta creencia en que se puede confiar en otro, nadie se comprometería de verdad.

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Pero, como mencioné anteriormente, no siempre nuestras creencias nos proporcionan información veraz y pueden caer en la distorsión de la realidad generando mucha ansiedad.  El temor de quedar en ridículo de una persona que desea declararle su amor a otra, es una creencia perturbadora que se adelanta a los hechos y “supone” cosas que realmente no tienen un sustento en la realidad.

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Muchas creencias e ideas que se formaron a partir de experiencias muy tempranas no las cuestionamos con la realidad actual y les seguimos concediendo la misma validez que cuando ocurrieron en el pasado, en un contexto muy diferente.

Dichas creencias nos llevan a pensar lo peor acerca de nosotros o acerca del mundo y esto se transforma en preocupación y ansiedad.

Si por ejemplo, de niños, se nos olvidó la canción o declamación preparada para el día de las madres y alguien se rió o se burló de nosotros, puede generar que, de mayores, cada vez que estemos ante un grupo de personas, volvamos a sentir la misma inseguridad o temor de aquella experiencia y sintamos pánico de enfrentar nuevamente la vergüenza de aquella vez, sin reconocer que ya no somos los mismos y que tenemos más recursos para enfrentar la experiencia sin tanto dolor, incluso si sucede lo que tanto tememos de equivocarnos.

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Lo más paradójico es que la mayoría de las personas no sabe que tiene este tipo de creencias y vive con ellas durante toda la vida sin dudar de su validez, lo que sigue alimentando la ansiedad.

En el ejemplo que ponemos, la creencia que se mantiene es la de no tener la capacidad de pararse delante de un grupo sin que quedemos en ridículo por no ser capaces de llevar a cabo cualquier exposición.

Las creencias perturbadoras más frecuentes

Para poder cuestionar una creencia, primero es necesario que seamos conscientes de ella, una vez que la identificamos, podemos trabajar con ella para superarla. Hay varias creencias que están claramente identificadas y que son las que, más comúnmente, producen ansiedad en las personas. Estas creencias son:

  • Perfeccionismo

  • Aprobación

  • Vulnerabilidad

  • Control

  • Dependencia

 

terapia_gestalt_aprender_a_aceptar_erroresEl perfeccionismo

Los perfeccionistas creen que todo lo tienen que hacer bien, sin ningún tipo de error o, de lo contrario, nada de lo que han hecho valdrá la pena con consecuencias devastadoras. Si, del 100 % de su trabajo el 1 % está mal o tiene errores, ese 1% tendrá más peso en su juicio o evaluación que el restante 99% que sí cumplió con el objetivo. Los perfeccionistas cuidan hasta el último detalle y nunca logran sentirse satisfechos con nada de lo que hacen viviendo eternamente en estado de ansiedad e insatisfacción por esta causa.

Aprobaciónterapia_gestalt_necesidad_aceptarse_uno_mismo

Los adictos a la aprobación no toleran la crítica y esperan que todas las personas las demuestren, todo el tiempo, que son aceptados. No se sienten con la capacidad de darse a sí mismos la aprobación para sentir o reconocer por sí mismos que son personas valiosas, siempre tienen que ser los demás quien los aprueben y eso también es una fuente inagotable de ansiedad.

temer_desgracias_fantasías_catastróficasVulnerabilidad

Las personas vulnerables siempre están pensando que ocurrirá alguna desgracia que los destruirá. No son capaces de confiar ni de sentir la fuerza de protegerse a sí mismos. Todo lo que ocurre a su alrededor puede ser un factor de riesgo que los ponga en peligro y viven eternamente ansiosos por ello.

Controlnecesidad_de_control

El controlador no puede confiar en nadie más que en sí mismo. Por esa razón, es siempre el que debe manejar todas las situaciones a las que se enfrenta sin poder confiar en nadie más por no considerar más que a ellos capaces de resolver cualquier situación de manera satisfactoria.

Dependencia

dependencia_emocionalUna persona dependiente no es capaz de  sentirse capaz de sobrevivir por sí mismo. Siempre está buscando la ayuda de los demás pues no es capaz de brindarse a sí mismo auto apoyo ni puede confiar en él y sus capacidades para resolver ninguna o casi ninguna situación.

Nuestras suposiciones son muy poderosas e influyen la manera en que vemos las coas y en la manera en que nos comportamos ante diversas circunstancias.

Supongamos que su pareja le da una retroalimentación sobre algo que hizo y la evaluación que hace es muy favorable, excepto por alguna cosa de poca importancia:

Si usted es perfeccionista, se sentirá culpable del error y se juzgará por ello. No será capaz de escuchar los comentarios positivos y se quedará con la atención puesta en ese pequeño detalle sin importancia, lo que le generará mucha ansiedad.

Si usted es vulnerable, pensará que, seguramente, por dicho error, su pareja ya no lo amará y lo abandonará quedándose en la más absoluta desprotección y sintiéndose terriblemente ansioso.

Si usted es de las personas que requieren todo el tiempo de aprobación, se sentirá angustiado por la duda de si su pareja aún lo ama o ya no lo considera digno para estar a su lado.

Si su idea es la que debe controlarlo todo, se concentrará en la incompetencia de su pareja y le reprochará sus críticas en vez de agradecer que le de una retroalimentación honesta.

Si es alguien dependiente, se apoyará en otros, ante los que se quejará de lo injusta que es su pareja, para que lo defienden y le den la razón.

Como podemos observar, una misma situación puede generar, dependiendo del tipo de creencia que tenga cada persona de sí mismo, diferente tipo de reacción, pero el problema puede ser aún más grande si una persona no tiene una sino varias de estas creencias.

Una sola frase o expresión de la pareja puede desencadenar un torbellino de ansiedad y malestar emocional.

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En un próximo artículo:

Cómo identificar tus propias creencias generadoras de ansiedad

6 comentarios

  1. hola luis fernando mi nombre es yajaira soy de venezuela me encanta tu artículo estoy realizando el proyecto del ser y me gustaria que me ayudes el proyecto lo titule EL PERFECCIONISMO COMO OBSTÁCULO PARA CONFIAR EN OTRAS PERSONAS como debo ejecutar el plan de accion que me suguiere como objetivo general y especifico

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    1. Yajaira, suena muy interesante tu proyecto, yo creo que vas a descubrir cosas muy interesantes pues, desde mi experiencia personal y profesional, creo que, efectivamente, el ser perfeccionistas puede ser un fuerte obstáculo para confiar en uno mismo y en los demás.
      En cuanto a tu solicitud, creo que tú lo tienes más claro que yo – el objetivo de tu investigación -, ya que se trata de tu ñropuesta. Lo que te propongo es que lo redactes y, si lo deseas, me lo encías para que yo te de mi opinión, pero ya sobre algo en concreto.
      Un saludo cariñoso hasta Venezuela.

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  2. Qué interesante este artículo, Luis Fernando. Me sentí identificada con unas de esas creencias generadoras de ansiedad (perfeccionismo, aprobación y control).

    ¡Es increíble cuánto pueden afectar en la vida cotidiana! Yo siempre había creído que ser perfeccionista era tan bueno, y me preguntaba por qué las demás personas no podían o no querían hacer siempre las cosas de manera perfecta. ¡Estaba ahí mi gran error! Nada ni nadie puede contar nunca con estándares de perfección porque este concepto, como muchos otros, es totalmente relativo. Sin embargo, la persona que pretende hacerlo todo bien, se topa con la tremenda ansiedad al darse cuenta de que las cosas no siempre serán o saldrán como uno lo planea. Es importante admitir el fallo, la equivocación, vaya, el ERROR. ¿Por qué tanto miedo a esa palabra? Por eso, de manera personal me propuse no sólo aceptar que cometo errores, sino NO frustrarme, lamentarme, culparme u ofenderme cuando lo haga.

    Otro tema difícil es la búsqueda de aprobación y el temor a la crítica. ¡Qué duro es eso! Cuando desde niño uno trae una historia de burlas, rechazo o crítica excesiva por factores a veces ajenos a nuestra posibilidad de cambiarlos, crecemos con conceptos erróneos y necesitamos que los demás siempre nos demuestren que somos buenos, capaces, aptos, inteligentes, admirados, aceptados y una larga lista de etcéteras que nunca serán satisfechos, pues los demás NO están obligados a aceptarnos nomás porque sí, o a admitir como bueno todo lo que hagamos, incluso aunque a veces nos señalen esos errores con pequeñas bromas que, para alguien que padece esta creencia errónea, es como si le sentenciaran a la peor de las condenas. ¡Si lo sabré yo! Y parece tan fácil decir «No hagas caso a lo que digan, tú sabes lo que eres y lo que vales»… sin embargo, el luchar contra esa creencia es más complejo de lo que parece, pues es necesario quitarse ideas que han estado incrustadas en nuestra mente a veces desde una edad temprana.

    Pero, sin duda, nada que no se pueda revertir y arreglar. Ahora estoy más consciente que nunca de que todo pensamiento y creencia pueden ser modificados con voluntad. Quizá unos nos tomarán más tiempo que otros, pero pueden ser cambiados ya que incluso no nacimos con ellos, sino que los fuimos moldeando con el paso de la vida y las experiencias.

    Luis Fernando, qué bien que tocas estos temas, estos fantasmas que están siempre entre nosotros y que realmente no vemos porque están tan incrustados en nuestro ser, actuar y pensar, que los pasamos por alto y seguimos dañándonos día con día.

    Liberémonos de una vez por todas de esas ataduras mentales, de esas cadenas que nos aprisionan en nuestro propio ser, impidiéndonos alcanzar y disfrutar la libertad y la felicidad.

    Laura

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    1. Laura, me encantan tus reflexiones y que nos compartas tus experiencias personales, cómo las viviste y los sentimientos que te ocasionaron o te siguen ocasionando a veces. Me da gusto que te des cuenta de que tú puedes cambiar esas creencias, que ahora, más allá de lo que te hayan condicionado otros a vivirlas como «verdades absolutas», depende de ti y de nadie más transformarlas ¿de acuerdo a qué? a la evidencia que te dan tus propias experiencias. Son ellas – nuestras experiencias de vida – la que nos pueden ayudar a reconocer lo que es bueno y lo que es malo para nosotros de acuerdo a como nos hacen sentir. No necesariamente son otros los que nos tienen que marcar lo que es correcto o incorrecto, somos nosotros los que tenemos esa libertad y esa responsabilidad de discernir de acuerdo a lo que experimentamos en la vida.
      Claro que no niego la importancia de buscar el apoyo de otros, como por ejemplo, de un terapeuta para ayudar a ser más conscientes y a correr el riesgo de experimentar nuevas cosas para aprender desde nuestra propia experiencia pero, quien tiene la última palabra de lo que decide hacer o no hacer, es la propia persona. Besos.

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