
¿Qué es un ataque de pánico?
Un ataque de pánico es un momento de intenso miedo y angustia acompañado de síntomas físicos y mentales. Los ataques de pánico son detonados por un agente al que se conoce como “disparador” que se presenta de manera inesperada y que genera un estado de confusión y ansiedad.
Tipos de ataques de pánico:
ESPONTANEOS: se presentan de manera inesperada, sin advertencia previa, en cualquier momento y sin un desencadenante específico. Es la forma que genera más ansiedad pues ocurre sin una advertencia o motivo concreto y, quien lo padece, no puede encontrar la causa del temor de manera clara o racional. Este tipo de ataque de pánico es, con mucha frecuencia, relacionado con un ataque cardiaco.
ESPECIFICOS: Ocurre ante una situación o evento específico y quien lo padece no suele presentarlo ante otro

tipo de situaciones que no sean éstas. Si la persona se encuentra en lugares seguros como su casa o con gente en la que confía, está segura de que no tendrá que enfrentarse a este problema. El riesgo que se puede presentar, es que la persona que tiene este malestar, procure a toda costa, estar alejada de otras circunstancias que la pongan en riesgo como estar fuera de su casa o con personas desconocidas.
Predispuestos por situaciones: Ocurren, por ejemplo, en situaciones en las que la persona enfrenta situaciones muy específicas e identificadas como viajar en avión o en otro medio donde hay demasiada gente. Otras situaciones pueden ocurrir, por ejemplo, en elevadores, reuniones sociales, juntas de oficina o eventos familiares.
Los síntomas del ataque de pánico
Los síntomas más comunes de los ataques de pánico son:
- Quedarse paralizado o congelado ante una situación. La mente se llena de pensamientos de peligro y el cuerpo experimenta sensaciones como: taquicardia, palpitaciones, transpiración intensa, calor, dificultad para respirar, y otros. También pueden presentarse síntomas como: dolores en el pecho, náuseas y mareos, hormigueos y entumecimiento.
Estado de irrealidad y despersonalización
Otro síntoma frecuente de quien padece ataques de pánico es el estado de irrealidad y despersonalización como si estuviera desprendido de su propio cuerpo. También aparecen pensamientos y sensaciones como miedo a la muerte o el sentirte o a perder el control y volverse loco.
El ser humano posee un mecanismo llamado respuesta de lucha o huida (“fight or flight response”) que está encargado de protegernos y de activar elementos químicos como la adrenalina, acelerar el ritmo cardíaco o aumentar la presión arterial para ayudarnos a reaccionar y actuar ante situaciones de peligro. Nos ayuda a prepararnos a enfrentar una situación o sujeto agresor, o bien, nos permite reaccionar con valor para huir de la situación amenazante.
Cuando la sensación de peligro disminuye, los síntomas desaparecen y el cuerpo vuelve a su estado de equilibrio. Sin embargo, quienes padecen ataques de pánico o ansiedades, tienen más dificultad para volver a un estado de normalidad por lo que, durante un periodo prolongado, se activan los miedos, las angustias y la sensación de incomodidad, de alerta y de ansiedad.
Para proteger nuestra sobrevivencia, la respuesta de huida se activa para ayudarnos. Los síntomas fisiológicos que una persona experimenta ante el ataque de pánico son los mismos que hubieran sentido nuestros ancestros después de la cacería o de enfrentarse con una fiera que pusiera en peligro nuestra sobrevivencia.
El mundo actual es muy diferente al de nuestros antepasados, por lo tanto, el hecho de estar en peligro por ser atacado por un animal Salvaje es muy poco probable. Pero el mecanismo de defensa de huída o lucha es innato en todos los seres humanos y, para aquellos que sufren de ataques de pánico, la situación NO NECESITA ser peligrosa para que este se active.
Los ataques de pánico/ansiedad a menudo son síntomas de un grupo de condiciones conocido como Trastornos de Ansiedad.
Existen cinco desordenes o trastornos de ansiedad predominantes, que suelen presentarse en forma conjunta o encadenada:
- Trastorno de Pánico: es el temor a sufrir ataques de pánico espontánea y continuamente. Puede tener una intensidad severa, y sus síntomas a menudo son confundidos con los de un ataque cardíaco.
- Ansiedad Social: es el temor a sufrir ataques en situaciones sociales, lo que significaría hacer el ridículo en público o sentir vergüenza, creando un estado de alerta permanente que nos impide actuar naturalmente en reuniones y eventos con otras personas.
- Trastorno de Estrés Agudo o Trastorno de Estrés Post Traumático: es la experimentación de situaciones de riesgo de muerte, ya sea nuestra o de otros, o bien de eventos peligrosos o amenazadores en forma extrema. Comunmente son acompañados de ataques de pánico, pesadillas o remembranzas del evento en forma de sueños diurnos.
- Trastorno Obsesivo Compulsivo: son los pensamientos y comportamientos obsesivos e involuntarios
que poseen formas de rituales, que se desarrollan en la vida diaria: la limpieza compulsiva de un objeto, el aseo personal excesivo, la repetición de ciertas palabras, etc.
- Trastorno de Ansiedad Generalizado: es una excesiva preocupación, en un momento o a lo largo de meses o los años sobre eventos que incluso pueden no haber ocurrido. Se viven como una idea persecutoria, marcada por las preguntas de “y qué pasaría si…”.